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CAI: Una propuesta institucional para dar cumplimento con el derecho a la educación

El Centro de Actividades Infantiles  (CAI) lleva cuatro años en la ciudad de Olavarría acompañando las trayectorias pedagógicas de niños y niñas que se encuentran afectadas por diversas variables. El CAI es un espacio que  funciona en la Escuela Nº 57 Dámaso Arce, en el barrio San Vicente Sur. De lunes a viernes se trabaja de manera personalizada con cada niño y niña, y los sábados  realizan actividades deportivas y artísticas en las que todos participan.

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El aprendizaje en sus múltiples sentidos.
 Batucada, historia y puesta en juego 
de significados y apropiaciones en el tiempo.
/Foto:Gentileza del CAI

El sol del sábado por la mañana entibia el parche de los tambores que ahora suenan en el patio de la escuela. La ronda alberga entre diez y doce niños y niñas que sonrisa de por medio van creando un sonido atrapante “La batucada surge desde una inquietud de los chicos, entonces nosotros intentamos darle un poco de historia, trabajando lo que ha representado la batucada, y otros ritmos de percusión en sus diferentes contextos, para vincular de esa manera el eje del programa con las propuestas que ellos realizan”, cuenta Verónica Dirgam, coordinadora distrital en Olavarría de políticas socioeducativas dependiente de la Dirección Provincial de Polìticas Socieducativas En el interior de la escuela, otro grupo baila una coreografía musical. La cumbia termina, y el grupo se dispersa un poco. “El CAI me enseña a aprender, vengo porque me divierto y me hace bien”, expresa Lucía desde sus siete años de altura. Y vuelve a la coreografía que ahora se mueve al ritmo de una samba brasilera.  Pensar y hacer de los procesos de enseñanza un espacio de encuentro, acompañamiento y reflexión para fortalecer el aprendizaje, es una de las apuestas trascendentales que atraviesa la propuesta del programa. Milton se muestra extrovertido. Hoy a la tarde va a jugar la semifinal en el equipo de inferiores del Fortín, juega de 9 y promete un gol. Es primo de Bruno, y vienen al CAI porque “nos tratan re bien, son re buenos, y nos ayudan a hacer los deberes”, coinciden. "Hemos generado una lógica, en la cual si bien no es obligatorio que vos vayas a hacer apoyo pedagógico para venir a hacer los talleres recreativos, todos pasan por todos los talleres, incluso por el de apoyo pedagógico, y eso es interesante, porque ellos notan que el acompañamiento pedagógico que se le puede dar, lo equiparan a lo que es un taller recreativo", detalla Verónica Dírgam.

El centro de Actividades Infantiles (CAI), es una de las líneas de trabajo de la Dirección Provincial de Políticas Socioeducativas junto a otras como el Centro de Actividades Juveniles (CAJ) y Patios Abiertos. “En este momento hay un programa CAI abierto, un programa de CAJ, y cuatro Patios Abiertos, con perspectivas de seguir abriendo”, detalla Verónica. El CAI representa  la expresión de una política socioeducativa integral que tiene como objetivo central fortalecer las trayectorias de niños y niñas a partir de pensar las posibilidades de aprendizaje no sólo desde el formato tradicional de la enseñanza, sino buscando resignificar el espacio escolar a partir de actividades recreativas, lúdicas, artísticas. En este sentido  se conjugan las voces, inquietudes, deseos e intereses de niños y niñas sin desatender el propósito central que es el fortalecimiento pedagógico para contribuir y hacer efectivo el derecho a la educación.  El equipo de trabajo cuenta con una coordinadora, dos maestras comunitarias, tres talleristas y un auxiliar. La idea es realizar un seguimiento personalizado de las trayectorias de cada niño y de cada niña, en conjunto con el equipo orientador de la escuela, para  hacer un relevamiento periódico y específico que contemple la situación social y psicoemocional de cada uno y elaborar estrategias personalizadas. La articulación con otras instituciones, como el municipio, donde se participa en las Mesas de Gestión Territorial y Educativa tiene como objetivo generar un intercambio sobre las necesidades que surgen en cada lugar para fortalecer el vínculo entre la comunidad, la escuela y la familia. En este marco, se trata de hacer un abordaje integral que contemple las especificidades que presenta cada territorio, teniendo en cuenta las variables y los factores socioculturales que se presentan, para  generar estrategias de afiliación y pertenencia de niños y niñas en torno a la comunidad y la escuela.

Conocer las historias de niños y niñas, es una estrategia necesaria para dar cuenta de la trama de relaciones sociales que los involucra. En este sentido el programa reconoce que no siempre la estructura escolar resulta accesible para todos los niños y niñas.  Hay casos en los que el acceso y permanencia en el sistema educativo, se encuentra dificultado por una variedad de factores que es preciso conocerlos para generar las respuestas institucionales pertinentes  en relación a los puntos críticos del sistema educativo. Es por ello, que el proyecto presenta una gama de dispositivos pedagógicos para  concretar y hacer efectiva la propuesta de una escuela inclusiva. Las múltiples formas por las que los estudiantes atraviesan la experiencia escolar no son necesariamente lineales, y este reconocimiento es uno de los anclajes conceptuales desde los cuales se posiciona para su intervención. Es importante señalar, el lugar dado a los intereses y las inquietudes de niños y niñas a partir de las apropiaciones que los mismos hacen del CAI. En este sentido,  tener en cuenta las voces de los destinatarios, es darles un reconocimiento. Es ofrecer  la posibilidad de ser partícipes activos de las  relaciones pedagógicas que buscan contribuir a dar cumplimento al derecho a la educación, desde una perspectiva más amplia y comprometida con la justicia social y con el respeto por los derechos específicos consagrados en las leyes que conforman el paradigma de la Protección Integral de Niños, Niñas y Adolescentes. /AC-FACSO