Notas

Conocer y trabajar para defender la libertad y dignidad de las personas

Saber qué es la trata de personas ayuda a luchar contra ese delito

La trata de personas es un tema de agenda pública y mediática que muchas veces se aborda dando por sentado que todas y todos saben claramente qué es. Conocer este delito aberrante es importante para prevenir a las posibles víctimas y concientizar a la comunidad para un cambio definitivo

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Miembros del equipo argentino de Red Alto el
Tráfico y la Trata./Foto: Gentileza Viviana Caminos.

La trata de personas es una violación a los Derechos Humanos y de la dignidad de las personas. Las víctimas, en la mayoría de los casos, son  mujeres, ya sean niñas, adolescentes o adultas, por ello el delito constituye una forma extrema de violencia de género donde no solo pierden su libertad sino también son reducidas corporal y psíquicamente. “En Argentina las víctimas provienen de las provincias más desfavorecidas como Chaco, Misiones, Corrientes, Salta, Tucumán, La Rioja y Santiago del Estero, mientras que el destino son las provincias con mayor poder adquisitivo y mayor demanda como Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, Santa Fe, La Pampa, Santa Cruz, Chubut y Río Negro” señala Viviana Caminos, Coordinadora Nacional de Red Alto al Tráfico y la Trata (RATT). Si bien hay diversos tipos de trata como la sexual, laboral, reducción a la servidumbre o la extracción ilícita de órganos, la que se realiza con fines de explotación sexual es la mayoritaria. Las redes de trata y explotación sexual operan gracias a una trama de complicidades que, en la mayoría de los casos, evidencia las articulaciones entre las redes de tratantes y sectores de poder. Entre las diversas estrategias utilizadas por los victimarios se encuentran el ofrecimiento engañoso de ofertas de trabajo, la participación en falsas agencias de modelos, el enamoramiento de la víctima y posterior ofrecimiento de convivencia o matrimonio, ayudar al alejamiento del hogar, entre otras.

La trata está compuesta de diferentes etapas que conforman este delito: la captación y/o reclutamiento de la víctima; el ‘ablande’ que consiste en una serie de acciones tendientes a la vulneración de la persona, como la quita de documentación, la interrupción de todo contacto con sus redes familiares y afectivas, el generarles deudas económicas, ejercer sobre ellas violencia emocional, psicológica, física y abuso sexual u obligarlas a consumir sustancias adictivas; a eso le siguen la distribución y luego su venta. “Las víctimas, en general, ya han sufrido otros abusos como maltrato, violaciones y generalmente provienen de sectores socioeconómicamente vulnerables. Esto las hace el perfil ideal para el criminal, ya que espera que no sean buscadas y pueden doblegarlas más fácilmente”, sostiene Caminos. “Los criminales en Argentina son pequeñas redes conectadas entre sí, a veces una familia, que se conecta con otra familia e intercambia víctimas”.

Esfuerzos por concientizar y erradicar el delito

En la ciudad de Azul existe el Foro contra la Trata y la Explotación, ideado y creado con la finalidad de concientizar a la sociedad sobre la gravedad de los delitos de Explotación Sexual Ajena y Trata de Personas. El mismo está integrado por agrupaciones sindicales, sociales, políticas, estudiantiles y educativas. “Ante un posible caso de Trata elaboramos un procedimiento que consiste en comunicar inmediatamente el caso al Juzgado Federal quien toma contacto con la víctima, identificándola apropiadamente y se da intervención a la Oficina de Rescate y Acompañamiento a las Personas Damnificadas por el Delito de Trata de Personas, dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación”, afirma María Paz Marambio, abogada e integrante del Centro de Estudios en Derechos Humanos (CEDH) de la Facultad de Derecho de la UNICEN y miembro del mencionado Foro. “A nivel local hemos logrado la sanción de una ordenanza que prohíbe la instalación y funcionamiento de locales donde se explote sexualmente a la mujer. Esto fue posible gracias a la militancia y al compromiso de la sociedad azuleña y de las diferentes organizaciones sociales, educativas y políticas que lucharon junto al CEDH de la Facultad de Derecho de Azul”, destaca Marambio.

A nivel nacional, existe la Ley Nº26.842 sobre Prevención y Sanción de la Trata de Personas y asistencia a sus Víctimas, reformulada en diciembre de 2012 tras el fallo en el caso de Marita Verón. Entre sus principales cambios se destacan la elevación del mínimo de las penas, estableciendo que quien incurra en este delito no sea excarcelado; la ampliación de la definición de Trata de Personas; la creación del Consejo Federal para la Lucha contra la Trata y Explotación de Personas y para la Protección y Asistencia a las Víctimas y la eliminación de la figura del ‘consentimiento de la víctima’, que hasta esta modificación marcaba una diferencia sustancial entre las víctimas menores y mayores de 18 años. “Es necesario que el Estado municipal, provincial y nacional actúen de una manera coordinada, evitando la impunidad de quienes integran las redes de Trata y logrando rescatar a las personas que fueron atrapadas por éstas”, subraya Marambio. “Hay que mejorar la asistencia en todo el país, involucrar a los municipios para el acompañamiento de las víctimas y aumentar los recursos para su asistencia”, enfatiza Caminos, para quien “la sociedad también debe aportar al cambio cultural necesario para desalentar la demanda”. Este compromiso de la comunidad es fundamental a la hora de denunciar si se sospecha que se está frente a un delito de trata. Para ello existe la línea telefónica 145 que es gratuita y funciona todos los días las 24 horas. /AC-FACSO.

El rol del periodismo

Por la complejidad que presentan estos casos de violación extendida de los Derechos Humanos, un correcto y adecuado tratamiento periodístico y mediático puede convertirse en un instrumento útil para contribuir a su erradicación. “El periodismo con un enfoque de derechos debe tener la mirada atenta a la vulneración de los mismos. En el caso de la trata hay situaciones evidentes para denunciar como es la existencia de prostíbulos, prohibidos por una ley nacional de profilaxis de 1931. Con lo cual si en nuestro barrio hay uno, deberíamos no hacer como si no existe sino llamar la atención sobre esto”, recomienda Sandra Chaher, presidenta de Asociación Civil Comunicación para la Igualdad.