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Zum/ En Olavarría, 3.724 adolescentes estarían en condiciones de emitir sufragio

Votar a los 16: los adolescentes olavarrienses hablan de desinterés y de la necesidad de “prepararse”

La posible sanción de la nueva ley impulsa el debate sobre la participación democrática de un sector de la población que dice no se sentirse interpelado por la ciudadanía política. La mayoría de los adolescentes olavarrienses consultados sostienen que no les interesa votar y que no están preparados para hacerlo

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Los adolescentes de 16 y 17 años podrán elegir si quieren o no votar y a quién.

Con el tratamiento del proyecto de ley del voto juvenil en la Comisión de Asuntos Constitucionales del Senado, más de 1 millón 400 mil chicos y chicas entre 16 y 17 años en el país son el centro del debate. La nueva norma prevé la ampliación del derecho al voto para los adolescentes y la extensión de los derechos ciudadanos a migrantes extranjeros con residencia estable en el país. Según el dictamen, que se trata hoy en la Cámara de Senadores de la Nación, la propuesta incorpora al padrón electoral a los jóvenes de 16 a 18 años aunque no los obliga a votar. La opcionalidad se habilita de modo indirecto al exceptuar la imposición de multas a los jóvenes que no lo hagan tal como sucede con los mayores de 70 años.

En Olavarría estarían habilitados para votar 3.724 adolescentes de entre 16 y 17 años, según el último Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas. Agencia ZUM consultó la opinión de 16 de ellos (ninguno militante político) en distintas zonas de la ciudad. Solo 3 manifestaron estar de acuerdo con el proyecto y dijeron sentirse "preparados" para votar. Muy pocos indicaron tener interés en "la política" y si bien aseguraron que en la escuela las cuestiones vinculadas a la participación democrática son contenidos tratados, aclararon que no suelen hablar de estos temas con sus amigos ni familiares.

Los adolescentes sostienen que no están listos para votar y que la política no es un tema que los convoque. En sus dichos se refleja la reproducción de ideas que la opinión pública y los medios de comunicación suelen construir acerca de la juventud. "Los jóvenes estamos muy perdidos. No estamos preparados para votar porque no estamos pensando en política, ahora estamos pensando en bailar, salir con amigos, hacer fiestas", sostiene con firmeza Rocío de 16 años, estudiante de la ES N° 7. Como si se tratara de un legado, Ulises, también de 16 y estudiante de la ES N° 18, repite la idea: "Lo que pasa es que ahora los pibes estamos en cualquiera". Sin embargo, cuando se les pregunta por qué afirman esas ideas, se muestran inseguros y no pueden sostener un fundamento que las respalde.

Para Carolina, de 16 años, estudiante de la Escuela Nacional Adolfo Pérez Esquivel (ENAPE), la política es un tema "denso". "Me parece pesado la forma en que opina la gente, de manera muy agresiva, en vez de construir. Creo que todos están muy cerrados en su propio pensamiento, creo que hay mucha confrontación, incluso en los mismos partidos", explica desilusionada. Según su opinión, a los 16 años no se está en condiciones de votar. "Creo que para estar preparados hay que estar bien informados, tener una buena una opinión sobre cada candidato que tiene una propuesta o tener incluso una propia. Pero creo que a esta edad todavía no nos terminamos de formar como personas, entonces si no sabemos quiénes somos nosotros, ¿cómo vamos a saber de los demás?", se pregunta Carolina.

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De izq. a der.: Rocío S., Nicolás, Sebastián y Rocío P. 
estudiantes de la ES Nº 7./Foto:AZ-FACSO

"Una idea política fuerte" es lo que hay que tener para participar en política, según Milagros, de 17 años, estudiante de Cáneva. "Yo no tengo ni idea de política. Si es optativo, que voten los que sepan y eso está bien. Hay chicos que saben de política más que una persona grande. Votar yo, me parece que no serviría de nada". Las palabras de Milagros evocan un viejo debate que parecía superado por la democracia hace más de un siglo, pero que aún sigue presente bajo la creencia que hay ciertos votos "más calificados" que otros.

Josefina y Evelyn, ambas de 16 años, concurren a la ES N° 8 y tampoco se consideran "preparadas" para decidir políticamente. "Tenés que tener en claro a quién votar y yo apenas voy a la escuela", sostiene Josefina. "Si votara sería por obligación, la ley me da igual", opina Evelyn.

"Nosotros en la escuela, en Filosofía, trabajamos al respecto y sacamos la conclusión de que está bien porque los adolescentes tienen madurez para votar", asegura Francisco de 16 años, estudiante de ENAPE. Como muchos señalaban no estar "preparados" para el voto, se les preguntó qué significa para ellos tener tales condiciones. "Para mi estar preparado es tener conciencia sobre lo que pasa porque la política está presente todos los días", fue la explicación de Francisco. Para Sebastián, también de 16, quien asiste a la ES Nº 7, es necesaria la capacidad de discernir. "Saber qué me conviene y qué no en relación a las cosas que pasan en la calle", explica, y concluye que "a los 16 podés pensar en quién votar".

Los jóvenes no se sienten "preparados" porque la política se les presenta como algo ajeno a la cotidianeidad de la vida, un asunto "complicado" del que otros deben encargarse. Estas ideas no escapan a la de muchos adultos que consideran que para participar activamente de la ciudadanía, alcanza con el voto.

El tema de la "preparación" requiere asumir una responsabilidad, disponer de una actitud de aprendizaje. Para ello los chicos y chicas deberán decidir si quieren o no asumir el compromiso, tarea que sin lugar a dudas requerirá de un mayor acompañamiento de la escuela, la familia, las organizaciones políticas, etc. Visualizar el nuevo proyecto de ley como la apertura de un derecho político que es capaz de generar otros derechos y compromisos ciudadanos en la vida de los jóvenes, es clave para el fortalecimiento de una democracia que aún tiene mucho por recorrer./AZ-FACSO


UNICEF, a favor

La postura del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés) es a favor del voto optativo entre los 16 y 17 años. "La propuesta que permitiría votar desde los 16 años debería ser entendida como una ampliación del derecho a la participación de los adolescentes en base a sus capacidades evolutivas", argumentan en un comunicado en relación al derecho al sufragio de los adolescentes en Argentina. En el marco de la Declaración Internacional por los Derechos de los Niños, Niñas y Adolecentes, sostienen, el voto sería un mecanismo más de las instancias de participación efectivas garantizadas por la ley.

La organización aclara que es necesario que el ejercicio del derecho en cuestión sea voluntario (tal como lo propone el proyecto oficial), porque "toda obligatoriedad conlleva una sanción por su incumplimiento con alguna posibilidad de punibilidad". Consideración que el proyecto de ley ya ha contemplando al exceptuar de multas a aquellos jóvenes que no voten.

El militante

En su casa siempre se respiró política. Facundo tiene 17 años y milita desde los 16 en la Juventud del Frente para la Victoria. Su madre es concejal por la misma fuerza partidaria. Es el único militante de entre 16 y 17 años que participa activamente de una de las fuerzas políticas que se encuentran representadas en el Honorable Concejo Deliberante.  Según lo manifestado por los integrantes de los diferentes bloques, los partidos no cuentan con adherentes de esta franja etaria, aunque sí con la participación activa de jóvenes mayores de 18 años.
“Este proyecto a nosotros nos da una responsabilidad como jóvenes. Te da más ganas de militar, más compromiso. Para mi está perfecto”, opina Facundo en relación al iniciativa legislativa. En relación  a la falta de preparación que postulan muchos de los adolescentes consultados en ésta nota el joven cree que los chicos y chicas “están informados y saben, pero tienen miedo porque es una gran responsabilidad”. “ Esto va a llevar a que en unos años tengan más responsabilidades más compromisos, pero todo lleva un tiempo”, asegura Facundo.  

El derecho al voto en Argentina

En 1820, bajo el mando de Martin Rodríguez y Bernardino Rivadavia se celebraron las primeras elecciones en nuestro país. Aunque solamente sufragaron los varones criollos, mayores de 18 años. El voto era cantado y fraudulento. 
Con el correr de los años pasando por Rosas y Sarmiento, la práctica del fraude no sólo continuó, sino que se perfeccionó. Recién en 1912,  la Ley Sáenz Peña dotó al voto de valor universal, secreto y obligatorio. Pero la “universalidad” seguía excluyendo de derechos políticos a las mujeres. En 1947, y tras la lucha de muchas mujeres en Argentina,  (entre las más renombradas Cecilia Grierson, Alicia Moreau de Justo y Eva Perón), los derechos políticos de la mujeres fueron finamente reconocidos.  Cuatro años más tarde, en las elecciones del 11 de noviembre de 1951, las mujeres votaron por primera vez en Argentina.