Notas

Artes y ruinas Visuales 

La lluvia vuelve a causar desastres edilicios en Artes Visuales

El pedido de un edificio propio para la Escuela de Artes Visuales Miguel Galgano, resurge cada vez que llueve. Derrumbes, inundaciones y cortocircuitos. Crónica de un desastre que se repite sin solución desde hace cinco años

arte2
Los baldes no pueden detener el agua.
Foto: Hemisferio Naranja 

La Escuela que funciona en el edificio de la Avenida Pringles y Coronel Suárez desde hace cinco años, se fue estropeando por la falta de mantenimiento y la gran tormenta de noviembre del año pasado terminó de romper gran parte de la estructura donde concurren todos los días más de 150 estudiantes. Las fuertes lluvias, que superaron los 100 milímetros, resaltó el estado deplorable del edificio de la Escuela de Artes visuales Miguel Galgano.
A pesar de las tres manifestaciones, pidiendo un edificio propio y en condiciones, que se realizaron el año pasado por parte de los estudiantes y directivos (una en el paseo Jesús Mendía, otra en la escuela y otra en el Concejo Deliberante)  nada ha cambiado.  “La sala de grabado se llueve con agua proveniente de los baños que se encuentran en el primer piso; la sala de informática se llueve y se mojan todas las computadoras; las cañerías del salón de escultura se tapan constantemente; el techo de la cocina se derrumbó y puso en riesgo a una auxiliar y a diario hay explosiones de artefactos producto de cortocircuitos e  interrupción  del suministro eléctrico”, detallan los alumnos en un comunicado difundido por el Centro de Estudiantes Hemisferio Naranja.
La directora de la institución, Anabella Galvano, subraya la urgencia de los estudiantes y los trabajadores de contar con las condiciones dignas de higiene y seguridad. La directora aclara, además, que las escuelas de arte deben cumplir con algunas condiciones especiales porque las cañerías deben ser capaces de filtrar los residuos de cerámica, acrílicos y otros elementos que se utilizan para la creación artística, condiciones que no están dadas en el edificio en el que se encuentran ya que no fue diseñado para el dictado de este tipo de modalidad. “El edificio pertenece a Coopelectric y se han hecho cargo de algunos arreglos, han puesto membrana e hicieron otros arreglos. Pero no pudieron darle en la tecla para ver de donde están las filtraciones que vienen ocurriendo como el primer día casi y no entendemos como ocurre”, explica Galvano.
Recorrer la escuela es un paseo por una obra desecha, hay que saltar charcos, tener cuidado donde se apoya la mano por los cables sueltos y esquivar baldes que contienen el agua que el techo no puede frenar. Sol Verón, estudiante de Artes Visuales cuenta enojada: “nos vamos de la escuela porque con el agua y los cortocircuitos no podemos estar. Es un peligro”.
Martín Otasequi estudiante e integrante del Centro de Estudiantes, explica a que hace cinco años que piden un edificio propio. “En 2007 Helios Eseverri dictó una ordenanza cediendo terrenos para la construcción de un  edifico propio, pero luego José lo vetó porque el expediente de la construcción tenía muchas irregularidades de manera que todo volvió a cero”.Sol Verón agrega que “los terrenos eran en el predio sobre la avenida Del valle y cuando José lo vetó  perdimos las tierras para construir”. La directora de Artes Visuales recuerda que “Helios Eseverri tenía la idea de crear un polo educativo en esa zona, inclusive trasladar el Centro de Formación Laboral Nº 1 y el Conservatorio de Música. El veto se hace porque supuestamente está mal formulado el pedido, además de haber conflictos con la Provincia”.
El derrumbe de los techos y las chispas de los cortocircuitos siguen siendo más rápidos que las gestiones oficiales que no logran solucionar un desastre que ya cursa su quinto año. /AC- FACSO