Notas

Zum/ Tendencias en espacios públicos

Skateboarding ¿Deporte de élite?

Desafiar la infraestructura montado en una patineta es el deporte de moda entre los adolescentes de Olavarría pero transformarse en un profesional requiere una inversión base de alrededor de 1.000 pesos

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El skateboarding está de moda entre los chicos y chicas de la ciudad y ha sido polémico por ocupar espacios públicos y privados destinados a otras funciones.

Las barandas de las escaleras, las rampas previstas para las personas con discapacidad, las escalinatas de un colegio, los cordones cunetas, bancos y mesas. Para los skaters esos espacios no son accesos sino obstáculos a superar.  Pero lanzarse sobre ellos con la patineta puede deteriorar las instalaciones. Por eso el municipio construyó un skatepark en el balneario municipal donde, desde hace dos años, las ruedas se detienen sólo los días de lluvia.

El skateboarding no hace discriminaciones etarias. Hay patinadores de siete a 30 años que se divierten y lo toman como un modo de vida. Juan Ignacio tiene 11 años y lo practica desde hace uno junto a sus amigos. La mayoría de las personas que realizan este deporte lo describen como un desafío personal. El objetivo es superar lo que para las patinetas son barreras arquitectónicas manteniendo la belleza en los movimientos.

Los patinadores suelen reunirse en tribus que andan rodando por las calles con una estética especial: patinetas muy coloridas, gorras, zapatillas grandes de tela y ropa holgada que generalmente responde a un estilo musical que suele ser el hip hop, el rap o el punk. El skateboarding está relacionado con la cultura callejera y el arte urbano porque en sus inicios, alrededor de los años '60, no existían espacios específicos diseñados para su práctica pero hoy la mayoría patina en los parques de skate.

Jonathan Luna, skater amateur, es quien impulsó hace ocho años la creación del skatepark ubicado en Maipú y Vélez Sarsfield. Allí organiza, desde 2010,  campeonatos para motivar el desarrollo de este deporte en la zona. Patinadores de Las Flores, Azul y Buenos Aires, entre otras ciudades, han participado en las competencias locales. Juan Ignacio cree que todavía no tiene la práctica suficiente para competir porque admite que comete algunas fallas en los trucos con las rampas pero igualmente disfruta yendo a ver las competiciones que se hacen en el skatepark. "Cuando venimos nos enteramos si se hacen competiciones o algunos chicos pegan carteles en las rampas para que nos anotemos en los campeonatos". Jonathan Luna alienta  a los chicos a participar en las competencias para que adquieran experiencia y puedan perfilarse profesionalmente en el futuro.

Mil pesos para ser un profesional del skate

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La competencia no es la finalidad de este deporte aunque algunos pueden vivir del skateboarding gracias al talento, al esfuerzo y al dinero. Para acceder a la categoría de principiante se necesitan al menos de 1.000 pesos. En un comercio de ropa para skaters pueden encontrarse tablas, calzado, ropa y accesorios como gorras y pañuelos. Los chicos prefieren el negro y el blanco mientras que las chicas el rosa y el plateado. Armar un skateboarding estándar y de calidad requiere desde 350 a 400 pesos y dependiendo las marcas y del origen, puede llegar a costar el doble. El precio de las ruedas oscila entre los 70 y los 250 pesos y los ejes para la patineta van desde 160 a 400 pesos. El perfeccionamiento en la tabla depende del uso que le de el corredor. Para empezar, un skate estándar (no profesional) puede valer unos 600 pesos. La vestimenta puede ser más flexible. Cada patinador le imprime su estilo personal pero es necesario que las zapatillas sean resistentes a los roces y algunas están especialmente diseñadas para este deporte. El precio va entre los 350 y los 600 pesos.

Jonathan Luna no es profesional pero advierte que "si te presentás en los campeonatos y te esforzás por demostrar tu destreza es posible que las marcas te contraten como profesional. Suelen pagar alrededor de 15.000 pesos".  Él se entera a través de Facebook de los torneos que se realizan en distintas ciudades. Viaja con algunos chicos a las competencias que se hacen en Azul, Coronel Suárez, Córdoba o Mar del plata. Es el encargado de la organización de los campeonatos de skateboarding en la ciudad. Los premios, por ahora, consisten en productos que ofrecen las empresas porque la compensación económica todavía no llega a Olavarría. Las marcas de productos y accesorios de skateboarding pueden convertirse en sponsors de algún corredor según la exposición y el desempeño del participante. Esa suerte, sin embargo, aún no toca a los patinadores locales porque, según observa Jonathan "todavía están aprendiendo y necesitan tiempo aunque tienen un buen futuro como skaters profesionales". Siempre que tengan, cabe aclarar, el dinero necesario para hacerlo. / AC- FACSO