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Zum/ La mayoría de las veces el abusador es un familiar

Abuso sexual infantil: El enemigo en casa

Entre el 65 y el 70 % de casos de abuso sexual infantil, según datos del Juzgado de Familia local, involucran a familiares de la víctima. En Olavarría existe un conjunto de instituciones preparadas para recibir la denuncia y proteger a los niños, niñas o adolescentes damnificados. Qué deben observar padres y docentes, cómo proceder ante un caso de abuso y sitios de ayuda donde acudir.

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Foto: www.google.com

En nuestra ciudad, de las 2000 causas que maneja el Juzgado de Familia 300 son denuncias por violencia familiar, dentro de las que se encuentra el abuso sexual infantil. La mayoría de estos delitos los comenten personas que los niños y niñas conocen y con los cuales tienen confianza. Un vecino, un amigo, un docente o un familiar, además de la propia víctima, pueden ayudarlos a salir de ese horror. Las denuncias pueden hacerse en la Comisaría de la Mujer o en Juzgado de Familia, según la gravedad del caso.

En nuestra ciudad la Mesa contra la Violencia Familiar y de Género, que funciona desde hace casi dos años, busca poner en práctica la Ley provincial sobre Protección contra la Violencia Familiar. Si alguien desea denunciar una situación de abuso sexual infantil existe un circuito de contención en el que participan la Comisaría de la Mujer, el Juzgado de Familia, el Servicio Local de Protección y Promoción de los Derechos del Niño, la Defensoría Civil, organismos no gubernamentales y autoridades del sector educativo. Esta multisectorial trabaja en la prevención, asistencia y tratamiento de los damnificados.

Llegar al ciudadano común y facilitar los canales de contención es el objetivo de la Mesa de Violencia. Luego de radicar la denuncia es urgente proteger a la víctima. Los profesionales piden la protección de un abogado privado o de las defensorías y separan al niño o niña del presunto abusador o abusadora pero esta medida presenta más dificultades cuando el acosador pertenece al núcleo familiar.

"Nos ha pasado que efectivizadas las medidas son las mismas víctimas las que les abren las puertas al abusador. A veces lo hacen porque tienen la autoestima baja o por dependencia económica, que es otro de los flagelos silenciosos, sobre todo en las familias de recursos bajos. Nosotros cumplimentamos la separación haciendo uso la fuerza pública —que tiene escasos recursos para actuar en una población como la de Olavarría— porque a veces por sí sola la víctima no lo puede sostener", explica Claudio García, consejero del Juzgado de Familia local.

Ya no se habla de derecho de familia sino de derechos de familias. El leguaje no es neutro. Entre el 65 y el 70 % de los casos de abuso sexual infantil involucran a familiares de la víctima, según indica el consejero. No hay una regla básica. Existen abusadores tanto en familias vinculadas por lazos sanguíneos como en las ensambladas. "Muchas veces la distorsión de los vínculos nos lleva a encontrarnos con este flagelo", opina García.

La abogada Marisel Cides, representa al Servicio Zonal de Promoción y Protección de los Derechos del Niño y forma parte del Centro de Ayuda de Violencia Familiar de Olavarría (CAVFO), una organización no gubernamental donde la víctima y sus familiares pueden encontrar contención. "Somos todos profesionales que lo hacemos por vocación y con nada de recursos, lo que provoca que por ahí los psicólogos y demás que se han sumado se desgasten y se vayan", relata con desazón. La entidad está compuesta por dos pediatras y una letrada de la Defensoría Oficial.

Cides aclara que estaban muy solos pero desde que se formó la Mesa de Violencia Familiar la situación cambió. El motivo del aumento de las causas por este problema aumenta, según ella, porque la gente se está animando hablar. "Es altísima la cantidad de causas que tenemos. Ahora hay mucha más información y se está hablando mucho más. Los docentes tienen un alto nivel de compromiso y te cuentan 'ya vino dos veces con moretones y dice que se cayó de la bicicleta, yo ya no le creo' y los vecinos se acercan a decir 'al lado de mi casa pasa tal cosa y hay menores de edad", destaca Cides.

Este año la Mesa de Violencia quiere acompañar a las víctimas y su entorno con una atención más concreta, más allá de la difusión. "Se toman las medidas cautelares, se baja el nivel de riesgo, pero a partir de ahí tenés que tener a una mujer que continúe con tratamiento psicológico al igual que los chicos. Desde el Servicio Local no se brinda tratamiento, lo que hacen es evaluar el daño psicológico causado desde la vulneración pero después hay que sostenerlo y la mujer, después de estar muy sometida, debe encontrar trabajo. Nos falta un centro especializado que pueda sostener a la familia", admite Cides.

Cuanto más sapan los niños y niñas, mejor

Alejar la violencia de la forma en que los niños y niñas perciben la sexualidad es responsabilidad no sólo de las familias sino, principalmente, de las escuelas. La Ley de Educación Sexual Integral legisla sobre la obligatoriedad de trabajar este tema en todos los niveles educativos, desde el jardín de infantes.

Los docentes deben prestar atención ante algunas señales y animarse a denunciar, sabiendo que pueden hacerlo con identidad reservada. Escuchar a los chicos y chicas es el primer paso para detectar casos de abuso.

María Viviana Torres, psicóloga especializada en abuso sexual, explica que los niños, niñas y adolescentes que sufren esta situación manifiestan perturbaciones en su comportamiento. "Se despiertan por la noche y se los ve atemorizados frente a la oscuridad. Modifican sus hábitos alimenticios. Suelen mostrarse con interés sexual manifiesto, vestirse como niños o niñas más grandes, provocar elogios al cuerpo y a la apariencia. Algunos comienzan a tener dificultades en el aprendizaje, se ven angustiados y tristes en la escuela y hasta es probable que lo cuenten ahí antes que a su madre o familiares próximos", detalla.

Para la psicóloga la primera medida para proteger a la víctima es cuidar que el tema no tome alcance público. "Estar en los medios por un tema tan doloroso, produce un serio daño", advierte. Hay que preservar a los niños y niñas del ambiente violento. Torres subraya que también hay que estudiar a los denunciantes. "Sabemos que a muchas niñas les ha sucedido ser abusadas por dos o tres de las parejas de su madre, con lo cual un estudio profundo de la madre y de su capacidad para cuidar y proteger a la niña hubiera impedido que esto sucediera", analiza.

Torres asegura que esta situación se puede prevenir educando a los niños desde su más temprana edad. Los niños, niñas y adolescentes deben saber que su cuerpo es sólo de ellos. Que si alguien los observa o los toca y sienten emociones de confusión, inmediatamente deben contarlo a alguna persona de confianza.

Para ello los adultos deben animarse y abrir el juego. En primer lugar enseñarles a los más chicos a distinguir situaciones de riesgo e incentivarlos a pedir ayuda. En segundo lugar, contenerlos y ofrecerles afecto y resguardo. /AC-FACSO

Dónde pedir ayuda

Comisaria de La Mujer y la Familia: 9 de Julio N° 2652, Tel.(02284) – 480100

Servicio Local de Promoción y Protección de los Derechos del Niño: Bolívar 3158, Tel.(02284) 15544810. Guardia las 24 horas.