Notas

Los fabricantes y publicistas juegan a la mamá y al papá

Muñecas y soldados: Los juguetes siguen siendo sexistas

Un estudio demuestra que los juguetes y sus publicidades distribuyen roles diferenciados para niños y niñas y legitiman las desigualdades de género. Amas de casa, madres y bellas. Es lo que quienes fabrican los juegos quieren para las mujeres. La autoridad, la ciencia, la tecnología y la aventura son cosas de varones.

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Fuente: www.google.com

La escena transcurre en una casa de familia tipo. Un niño de dos años mece el bebé de juguete de su hermana de cuatro años, mientras tararea la canción de cuna que su madre le canta todos los días para dormir. En el patio, la nena pica la pelota de fútbol de Boca Juniors que su padre compró a los pocos días de enterarse que su segundo hijo sería un varón ¿Por qué forzar a las niñas y niños a jugar con juguetes tradicionalmente considerados para ellas y para ellos?, ¿Por qué un niño no debería jugar con una muñeca, si algún día podría ser padre y tener como tarea cotidiana dormir a su bebé?

Un estudio realizado a partir del análisis de publicidades infantiles revela que los juguetes y sus anuncios remarcan la diferencia de género construyendo identidades femeninas y masculinas determinadas por estereotipos. También el diseño de los juguetes y su embalaje y hasta la distribución que éstos adoptan en los comercios, legitiman la desigualdad de género distribuyendo roles y posiciones de poder claramente diferenciados.

La investigación* fue desarrollada en 2010 por profesores y estudiantes de Comunicación Social de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNICEN. Recorrieron jugueterías e hipermercados y observaron publicidades audiovisuales y gráficas. Los analistas detectaron que durante los primeros años de vida hay mayor igualdad. Se ofrecen, en esa etapa, juguetes genéricos para ambos sexos que buscan el desarrollo de las capacidades motrices y psicológicas pero esta tendencia cambia radicalmente a partir de los tres y cuatro años. A esta edad comienza una clara diferenciación de género y una asignación de roles más intensa.

Lo primero es aprender a cocinar, limpiar la casa y cuidar los hijos. Las niñas más pequeñas encuentran en el mercado cocinas de plástico, baterías de ollas y sartenes, escobas con palita, cajas de costura y bebés que toman mamadera y hacen pis. Después, hay que estar bellas y delgadas. En unos años más la oferta estrella es la muñeca articulada flaca, alta, rubia y de ojos claros, con un ideal de belleza europeo. Los niños tendrán que ser fuertes, veloces, valientes y salir a trabajar. Para eso, el mercado les vende autos de carreras, muñecos y disfraces de luchadores, científicos, médicos, aventureros, obreros o soldados.

El trabajo también analiza la manera en que estos juguetes están dispuestos en los comercios, y señala que hay una clara distinción de ubicación para niños y niñas por separado. Esta clasificación está visualmente acentuada por los colores según el género. En la sección femenina predominan los rosas, lilas, blancos y colores pastel que transmiten valores de familia, tranquilidad, belleza, sutileza y femeneidad. En la parte de los nenes los colores son azules, rojos, amarillos, con tonos mas oscuros y fuertes, representando la masculinidad, fuerza, poder y velocidad.

El embalaje de los juguetes sigue la misma línea cromática, exacerbando las dotes de belleza de las niñas.

En cuanto a las publicidades audiovisuales destinadas a las niñas, el trabajo señala que los anuncios de Barbie corresponden a la mayoría de los que se emiten en las tandas publicitarias. Éstas fueron en Occidente las primeras muñecas abiertamente seductoras, con el cuerpo ideal de una mujer de veinte años estadounidense, rubia y de tez blanca. Hasta su aparición las muñecas para niñas eran bebés gordos porque se suponía que los nenes y nenas rellenitos eran los más saludables.

En las publicidades audiovisuales destinadas a los niños prevalecen los superhéroes de moda, los clásicos autitos con sus accesorios y los juegos que enseñan oficios, actividades tecnológicas y científicas. Hay efectos especiales y frases célebres de los héroes. Además, la voz del locutor masculino transmite fuerza, agresividad e incluso violencia. Es fuerte, alta e imperativa y siempre alude a la competencia - ser el mejor, destruir al enemigo, dominar, estar alerta para vencer, ser veloz para sobrevivir-, remarcando valores agresivos, autoritarios e individualistas. Un dato importante es que en los anuncios los niños siempre aparecen jugando solos, mientras que las niñas lo hacen en grupo.

La investigación subraya que la Declaración Internacional por el Derecho del Niño y la Niña a Jugar sostiene que el juego es instintivo, voluntario y constituye una manera de expresarse. Imponerles que deben jugar a tal o cual cosa alimenta estereotipos que niños y niñas incorporan de manera gradual e involuntaria a sus vidas.

Los juguetes femeninos como los/as muñecos son la antesala del rol materno, de la misma forma que las escobas, cocinas y planchas son una manera de inculcar a las niñas el mandato doméstico a cumplir en su adultez. Al mismo tiempo, también recae sobre ellas la exigencia social de ser lindas, para lo cual además del ideal de perfección de las muñecas Barbie, existen cosméticos y bijouterie de fantasía.

Si bien las desigualdades de género han disminuido en el último tiempo, los mandatos para varones y mujeres aún permanecen en nuestra cultura y empiezan a trasmitirse a los más pequeños y pequeñas desde edades muy tempranas. La naturalización de algunos roles y comportamientos desde la infancia atenta contra las posibilidades de realizar cambios sociales.

La investigación concluye afirmando que existe una relación directa entre la experiencia lúdica que la niña y el niño viven durante su infancia y su realidad adulta. El juego es un poderoso medio socializador, capaz de condicionar y modelar educativamente la selección y presencia de una profesión u otra en la adultés. Los infantes todavía no han desarrollado criterio alguno como para poder discernir entre la realidad y la fantasía de imágenes publicitarias.

Es tarea del hogar, la escuela, los medios de comunicación y todos los agentes educativos, trabajar para mitigar las diferencias de género que se transmiten desde la niñez. Permitirles a los niños y niñas jugar sin estereotipos es el primer paso para lograr mayor igualdad de género./ AZ-FACSO

*Denominada Las desigualdades de género a partir de la gráfica de juguetes para niños/as. Estudio realizado por docentes y estudiantes de la cátedra Taller de Diseño Gráfico.