Notas

Tres encuentros y un(s) objetivo.

¿Cómo es cursar en contexto de encierro?

“Para conocernos como sujeto de derechos primero tenemos que reconocernos en todo nuestro contexto”, manifestó Juan Pablo Palmieri, estudiante avanzado en contexto de encierro. Cuáles son las vivencias, limitaciones y modo de organización de estudiantes de la Unidad Penal N°38 en Sierra Chica.

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Estudiantes de derecho en contexto de encierro, aula universitaria.

Jorgelina Rivulgo - Agencia Comunica

3/7/2023

“Nos presentaron la Universidad, ahora les presentamos la cárcel”, fue el título del curso destinado a visibilizar y dar a conocer los modos de organización, las vivencias y limitaciones -en algunos casos- de los estudiantes universitarios en contexto de encierro. Se realizaron tres encuentros, cada uno con una temática en particular, donde se podía solicitar el permiso con anticipación para que estudiantes de la sede puedan conocer y visitar el aula universitaria ubicada en la Unidad 38 de Sierra Chica. “Está bueno que los compañeros sepan que pueden venir y que podemos hacer en conjunto un trabajo que va más allá de la virtualidad”, manifestó Juan Pablo Palmieri, estudiante avanzado de la Lic. en Comunicación Social de la Unidad Penal N°38.

El aula es pequeña y cumple diversas funciones como ser el espacio del centro de estudiantes llamado “Manuel Belgrano”. Está equipada con una cocina, una heladera y una mesa grande ubicada frente a un monitor colocado en la pared, que es utilizado por los estudiantes de la unidad penal para conectarse colectivamente a las clases virtuales. Si bien el aula cuenta con distintos dispositivos tecnológicos, presenta sus limitaciones debido a que allí cursan muchos estudiantes -algunos en el mismo horario- de distintas carreras. Las computadoras son de uso común tanto como los libros y fotocopias que se encuentran en los estantes que rodean el aula.

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Trabajo grupal y detras otros estudiantes conectados a sus respectivas clases. Foto: Juan Pablo Palmieri.

La rutina se repite cada mañana: los estudiantes encienden la computadora, se ponen los auriculares y se conectan a las clases. Mientras entran y salen personas, se escucha sonar un timbre cada una hora debido a que comparten espacio con la escuela secundaria y primaria. La virtualidad les permite poder seguir con sus estudios pero son conscientes de las limitantes del espacio.

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Conexión en simultaneo a una clase virtual, y detras otros estudiantes cursando individualmente. Foto: Juan Pablo Palmieri.

Algunos estudiantes optan por retirarse del aula para cursar con su celular y su gran aliado: los auriculares. La decisión se debe a que “no estamos solos, sino que en un aula se comparten otras cátedras, a veces tenés muchas ganas de intervenir en la clase pero con el ruido que hay en el espacio terminas restando en vez de sumar”, expresó Juan Pablo con respecto a sus -y el de resto de los estudiantes- vivencias.

Hay 34 estudiantes regulares y el espacio no es lo suficientemente amplio, por lo que se organizan minuciosamente. “Si no querés ningún ruido te vas afuera, aunque está el recreo de la secundaria, y además hace mucho frío”, contó Juan Pablo. “Armamos grupos de estudio con día y hora para no colapsar el lugar pero es evidente que estamos muy incómodos muchas veces”, agregó. .

Cada encuentro tenía una planificación y se abordaba un tema diferente. “Lo primero fue compartir cómo se organizan los centros de estudiantes aquí dentro, contar las generalidades, todos estamos en contexto de encierro” dijo Juan Pablo Palmieri. Cada cárcel es diferente y varían las condiciones: “en la Unidad 2 no pueden acceder al aula si llueve y eso a nosotros no nos pasa. Esto se debe a que la modalidad de la Unidad 2 es un régimen cerrado de extrema seguridad, si hay neblina, llueve o probabilidad de lluvia no se abre la cárcel”. Son condiciones necesarias que se deben tener en cuenta en las planificaciones pedagógicas “si sos docente y tenes un estudiante de la Unidad 2, sabés que ese día que llueve no lo vas a tener”, aseguró el estudiante de la Unidad Penal N°38.

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Ingreso al aula universitaria dentro de la Unidad Penal n°38, en Sierra Chica. Foto: Juan Pablo Palmieri.

El curso es una forma de dar a conocer los espacios de educación en contexto de encierro a profesores y al personal no docente, ya que es fundamental que todos conozcan las condiciones en las cuales se da el proceso de enseñanza y aprendizaje. “Por ejemplo, es central que un trabajador no docente sepa que si precisa un DNI, el pibe acá adentro va a demorar más en llevarlo porque tiene que comunicarse con la familia que está lejos”, explicó Juan Pablo.

El curso, en este caso, tenía una modalidad híbrida. Por lo tanto, si algún estudiante de la Facultad quería entrar al aula universitaria en la cárcel debía pedir una autorización especial. “A nosotros nos genera mucha alegría que hayan venido estudiantes” manifestó Palmieri sobre los resultados del curso. Hay una realidad que es innegable y es el hecho del impacto que implica ingresar a una cárcel. En relación a esto último, otro de los estudiantes en contexto de encierro expresó que “es fuerte para quienes recién vienen y entran a la cárcel. Nosotros tratamos de ponernos en sus zapatos, queremos que se sientan cómodos y quieran volver”.

Por último, Juan Pablo Palmieri, quien está por ser el primer estudiante egresado en contexto de encierro de la FACSO reflexionó sobre la importancia de generar estos espacios que “no serían posible si no lo hiciéramos en conjunto, si no tuviéramos el apoyo que tuvimos desde la coordinación (PECE) y desde la Universidad con Analia Umpiérrez”. Y concluyó que “nos juntamos a trabajar y estamos re contentos con el resultado. Este es el resultado de la propuesta” dijo, mirando a los y las estudiantes que lo acompañaban en la sede de la unidad penal.