Notas

Infancias, niñeces y un rotundo NO

Andrea Moyano, referente de la Asociación de abogadas feministas, reflexionó acerca de márgenes legales que depara con niños o niñas que han sido abusados/as, mencionó cuestiones como el romanticismo que se han perpetuado en distintas generaciones y las responsabilidades de la mujer a una edad temprana.

abuso sexual foto

Rivulgo Jorgelina- Agencia Comunica

18/04/2023

Es un derecho tener una infancia sin vulneraciones y la ley 26.061 establece los principales puntos de protección integral de los derechos de los niños, niñas y adolescentes. Los abusos sexuales que ocurren con los menores de edad existen y son temas de los que muy pocos hablan o salen a la luz, incluso una vez que la víctima realiza la denuncia se pone en duda la veracidad de los hechos y se cuestiona la edad -como en el caso público de Jey Mammon-, siendo esto último la principal defensa del acusado en márgenes legales en el intento de sacar a quien denuncia de la órbita legal.

Andrea Moyano, abogada y referente de la Asociación de abogadas feministas (ABOFEM), dialogó con Radio Universidad donde se refirió a las acusaciones contra el artista Jay Mamon y brindo detalles legales sobre el consentimiento en relaciones sexuales. A su vez, reflexionó sobre distintas romantizaciones que se han perpetuado a lo largo de la historia.

A raíz de la pública denuncia de abuso sexual contra el conductor de TV Jey Mammon, se entra en debate y cuestionamientos sobre márgenes legales y consentimientos. Jey afirma que Lucas- joven que denuncia- en realidad tenia 16 años y es aqui cuando Moyano explico lo que significa sacar de orbita legal la situación: “cuando hay un supuesto consentimiento, es lo que se llama estrupo, que es cuando el mayor tiene relaciones sexuales con un menor de entre 14 y 16 años, aprovechandose de la inmadurez sexual de la victima, en relación a la adultez de la otra parte. Al decir que tiene 16 años, lo está sacando de esa órbita para justificar un consentimiento”.

Tener 14 o 16 años de edad no implica que no sea un menor de edad y frente a esta discusión, Moyano dijo que “jugar con la edad de que tenía 16 y no 14, justamente entra en la órbita de lo legal de que no había sido abuso y la realidad es que es un menor de edad. Se naturalizó mucho, pero el menor sigue siendo menor y tiene una inmadurez sexual”.

Cuestiones de edad, frases casi armadas y dichos que se han transmitido a lo largo de generaciones. Almuerzos familiares donde se escuchaba la historia de casamiento donde la abuela menor de edad se había casado con un hombre que llegaba a duplicar su edad, son cuestiones que hoy día han entrado en debate y cuestionamientos. “Ese amor romántico lo vimos muchas veces en las novelas, vivimos en un Disney constante. Hay que empezar a desdramatizar esas cosas, el hecho de dejar de romantizar que la persona adulta te enseña y que con las persona adulta no solo vas a aprender sino que también te vas a sentir segura, hay muchos preceptos sociales que hay q empezar a romper y desmitificar, hay mucho mito y mucho romances”, reflexionó la abogada.

La ley afirma que un joven a los 16 años ya es apto de decidir diferentes cuestiones de su vida, entre ellas el consentimiento de tener relaciones sexuales con un adulto. Un año de diferencia, como afirma Andrea Moyano, no debería de ser justificativo suficiente para determinar si existe un abuso o no, y para debatir estas cuestiones es necesario poder realizar un cambio de paradigma social y que el tema entre en debates de agenda política. “Hay que hacer un cambio de paradigma social, el mundo viene con todo ese bagaje de decir que se sabe lo que se quiere a los 16 años. Los cambios legislativos tienen que ser sociales también, hay que empezar a plantearlos y ponerlos en la agenda política. Un año de edad no puede modificar si es un abuso o no, o si se puede hacer determinada acción o no”.

Por último, se analizó el dicho popular de que las mujeres siempre son más maduras que los hombres y esto no significa que la mujer nace con una capacidad de ser más madura, sino más bien que se le exigen a las mujeres distintas responsabilidades a edades muy tempranas. Como consecuencia, determina que crezca y madure apresuradamente porque no tuvo otra opción. “Nosotras venimos con el plus de las responsabilidades, la mayoría de las mujeres que han tenido que cuidar a sus hermanos porque la madre tenía que salir a trabajar, dejaban al cuidado de un adolescente a un hermano. Si de golpe tenés a cargo tres hermanitos que tienen un año o tres, tenes que cambiarle el pañal, darle de comer a otro y vos tenes que ir a la escuela también, pero además tenes que limpiar la casa. Justamente, somos más maduras porque siempre se nos exige de todo”, aseguró Andrea Moyano en la nota que brindó a Radio Universidad.