Notas

Relatar historias del otro lado del mundo                                                   

Un relato, una historia, un sentir. Maribel García es narradora oral y viaja por el mundo mientras cuenta cuentos. Su último viaje fue a Turquía bajo la consigna de “Las mil y una noches”. Una cultura e idioma totalmente diferentes y una experiencia completamente enriquecedora.

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 Maribel Garcia contando historias en Turquia.

Rivulgo Jorgelina - Agencia Comunica

16/02/23



Narrar una historia no es una tarea sencilla, no es simplemente un relato, va mucho más allá y hay un factor clave que no todos generan: poder transmitir emociones y sensaciones. Maribel Garcia es una narradora oral escénica y posee un máster en museología. Dio sus primeros pasos dentro del mundo de la narración con la red de museos de Olavarría y casi sin imaginarlo, logró viajes inéditos a distintos países, e incluso diferentes continentes a través de la narración. Uno de sus últimos viajes fue a Turquía, “un viaje de cuentos” -tal como lo mencionó ella-, atravesado por miles de historias distintas, un idioma que no practica y una cultura sumamente distinta a la nuestra, una experiencia enriquecedora con diversas historias por conocer donde el aprendizaje se volvió parte del dia a dia.


Todo comenzó cuando Maribel poseía el cargo de Directora de la Red de los Museos de Olavarría donde transitó 10 años de su vida. Allí se le asignó la tarea de dar a conocer las historias de los pueblos y la narración oral se convirtió en su principal herramienta. “Empecé a registrar las historias orales de todos los pueblos y parte del partido de Olavarría. Llevé esas mismas historias a los museos de los pueblos y utilicé la narración oral como acercamiento a la lectura”, asumió Maribel. En ese proyecto es donde surge “Los 50 que cuentan”, un evento que convocaba a 50 narradores de distintas partes del mundo que llegaban a la localidad de Olavarría y recorrían cada rinconcito con la posibilidad de conocer diferentes pueblos. “Así nos seguía la gente y los narradores fueron creciendo con los años”, aseguró.


Maribel destacó además que la narración oral siempre estuvo presente a lo largo de su vida, luego de los “Los 50 que cuentan” comenzó a realizar festivales e incluso fue convocada a participar de eventos en Paraguay, Uruguay, Bolivia, Brasil y Cuba. Este último es el que le abrió las puertas a poder viajar a Turquía. La narradora relató que tuvo la posibilidad de viajar dos veces a la isla caribeña junto a sus alumnos del taller de narración oral. El organizador del evento del Encuentro de Educación y Narración oral de la empresa Trip Travel fue quien la convocó con el objetivo coordinar un grupo, pero a su vez para ser responsable de lo educativo. He aquí donde destaca el nombre del narrador Carlos Ledesma, con quien coordinó en conjunto el encuentro de integración cubano argentino, porque si hay algo que le brindó la narración oral es grandes experiencias pero también enormes amistades.


Es necesario realizar ese breve trayecto de la historia de Maribel, para poder entender cómo un largo trabajo de años es lo que la llevó a poder recorrer las calles de Turquía. El organizador de la misma empresa es quien la convoca para llevar a cabo uno de sus viajes más maravillosos. El próximo destino era Turquia, un viaje de cuentos como las mil y una noche. El rol de Maribel, además de ser narradora, fue el de coordinar un grupo de 35 personas en un territorio desconocido y con una cultura que le resultaba ajena al transitar cotidiano. “Cumpli un sueño, llegué al museo de la inocencia, hace años que sigo a Orhan Pamuk -escritor del libro y creador del museo-, llevé a un montón de narradores que no conocían la historia, lloramos durante todo el recorrido, fue muy emotivo”, relató.


La profesión que ejerce le permitió a Maribel darse el privilegio de conocer diferentes lugares e interactuar con diversas culturas, pero también vivir aventuras únicas. Entre otras cosas, relató que en Turquía viajó en un globo aerostático y recorrió un sinfín de lugares que marcaron la historia de ese país. Allí se encontraba la museóloga, frente a historias y esculturas del Siglo V mientras contaba cuentos: “contar en esos lugares para nosotros es algo mágico”, expresó.

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 Maribel en el globo aerostatico junto al grupo que coordino.

Recorrió cuevas, museos, caminó por la historia, “en ese intercambio cultural que ocurre, es realmente un viaje de cuentos, un viaje mágico donde no paramos un segundo”. Parte de ser narradora oral implica no solo saber contar sino que también saber escuchar, “es muy fuerte porque te vas cargando de otras historias que te van relatando otras culturas y aprender de otros cuentos que son traídos de otros lugares. Es así que nuestro bagaje cultural crece de una manera increíble”.

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Maribel Garcia recorriendo distintos lugares de Turquía.


El rol de la mujer en el país de Turquía es muy cuestionado por el mundo entero. Las desigualdades y los estigmas sociales son parte del cotidiano. Maribel reflexionó acerca de las libertades que poseemos en nuestra cultura, que quizás uno no reconoce hasta que se enfrenta a algo totalmente distinto. “Tuvimos que aprender muchísimas cosas que no son cotidianas, entre ellas no reírnos en la calle, todos nos miraban de forma rara cuando nos reíamos. De repente te están hablando de Alejandro Magno y teníamos que ponernos un pañuelo en la cabeza, hay lugares donde solo podían ingresar los hombres. Luego de ver esa diferencia cultural, uno aprecia lo que tenemos acá, que podemos reírnos en la calle y tener libertades en lo que sea que queramos decir”, aseguró.


La relatividad cultural es un factor que a los narradores orales le es sumamente enriquecedor, “nos ayuda a nosotros para seguir contando historias y seguir contando quiénes somos, no hay diferencias en cuanto lo idiomático, uno cuenta desde el corazón y el amor, es poder sentirlo, vivirlo y vivenciar por sobre todas las cosas”. Por último, hizo mención al rol de sus padres y su crianza, “soy una agradecida de lo que me dieron mis viejos, ellos fueron unos laburantes, mi mamá modista y mi papá trabajaron en una fábrica, me dieron la posibilidad de ser libre y se lo voy a agradecer por siempre”.