Notas

El trabajo de la Junta Vecinal del Barrio Isaura

Elsa, una dirigente barrial que lucha por el cambio

Tiene 71 años y es la presidenta de la Junta Vecinal del barrio Isaura. Elsa Munich dialogó con COMUNICA sobre su trabajo en esta entidad, la realidad del vecindario y la situación de los jóvenes que allí viven. Destacó que es importante generar cultura del trabajo, que los jóvenes necesitan adquirir otros valores desde el estudio o un oficio, y que no es fácil generar el cambio. 

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Elsa con los niños y niñas del barrio.

En la ciudad de Olavarría, a metros del Parque Elios Eseverri se encuentra el Barrio Isaura. Allí vive Elsa Munich, presidenta de la Junta Vecinal que desde hace más de 30 años se esfuerza por trabajar en y por el barrio. Elsa tiene 71 años, y biologicamente es una adulta mayor, pero sus fuerzas, energías, motivaciones y esperanzas son los de una mujer joven y plena. La acompañan en su labor 14 personas más, entre las que se encuentran Silvia, Karina, Fernando, Miguel, Carmen y Alejandra.

A todos ellos les preocupa la situación del barrio, el cual días pasados fue protagonista de algunos hechos de violencia, como el incendio de un auto y el ataque a una familia con piedras y armas de fuego. "Para un cambio de fondo son necesarias muchas manos y voluntades, yo ya estoy grande y tengo que luchar contra el cansancio, pero sigo porque quiero ver con mis ojos un barrio más digno", señala Elsa.

En su relato esta promotora barrial también manifiesta la falta de compromiso de los adultos para trabajar con la Junta Vecinal y la inquietud por el futuro de los jóvenes que viven en el vecindario: "Nosotros nos ocupamos de juntar ropa para hacer un roperito, distribuir facturas con la copa de chocolate en invierno, juntamos libros, ahora los chicos están aprendiendo música y este año el salón vecinal está siendo ocupado por docentes que dan clases a los niños. Pero también tenemos proyectado instalar un centro recreativo." 

Esta idea surgió a partir de una experiencia previa que se gestó los fines de semana, cuando las mujeres del barrio impulsaron talleres didácticos dirigidos a los niños, niñas y adolescentes. El fin de la tarea era integrar a los jóvenes con la comunidad: "Nosotros sacabamos las fotocopias para que los chicos las pintaran con témperas, al igual que traer molduras para hacer figuras en yeso. Los trabajos que se hicieron fueron muy interesantes, a los chicos los motivó mucho trabajar con sus manos. El objetivo era generar la querencia de los jóvenes en el barrio Isaura y sacarlos de la calle para que tomen caminos adecuados", comenta Elsa. La idea del centro es que los jóvenes que allí participen aprendan una habilidad que luego pueda ser aplicada a una salida laboral. 

Según la promotora barrial, la Junta Vecinal se construyó gracias a los subsidios otorgados por la Municipalidad, donaciones de la empresa Cerro Negro y de los mismos vecinos. Con el dinero se pudo comprar artefactos y realizar el revestimiento interno del salón de reuniones y los baños. Desde su inauguración, todos los miércoles se juntan a distribuir las donaciones de facturas y los sábados se abren las puertas para recibir a los chicos y chicas que toman clase de teclado, bongó y maracas. Elsa afirma: "Lo que pretendemos es motivar la cultura del trabajo, por eso estamos pensando en traer oficios, queremos darle a los jóvenes otra posibilidad de vida y motivaciones personales con salida laboral. Creemos que es muy importante que estudien pero también que trabajen, porque el estudio sin el desarrollo laboral no tiene sentido, ¿cómo vivis?". 

La presidenta de la Junta Vecinal insiste que en la actualidad lo que falta es la cultura del trabajo, y agrega para concluir: "En todos los años de vida que llevo, nunca vi un Estado que le diera tanto a la gente, que reconociera sus derechos, de los que en el barrio se gozan, pero también creemos que es muy importante que se construya la cultura del trabajo, ya que acá hay familias enteras que pasaron de generación en generación siendo changarines, y así se subsiste. Desde la Junta vecinal consideramos que les cuesta conseguir trabajo porque no se capacitan, la gente del barrio necesita adquirir otros valores que apunten a autovalorarse por medio de aprender un oficio y trabajarlo, o estudiar una vocación. No es fácil generar el cambio, hace años que trabajo en este sentido, pero no me resigno y junto a mis compañeros continuamos luchando y participando". /AC-FACSO