Notas

Gordofobia, otra violencia sobre los cuerpos femeninos

Cuerpos rechazados y discriminados. La imagen como un valor de consumo. El impacto en la psiquis de jóvenes y adultas. Qué implicancias tiene la gordofobia y cómo ayudan las activistas a revertir la mirada hacia la “diversidad corporal”.

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Fernanda Alvarez - Agencia Comunica

-“Che gordi, y si le aflojamos a los postres? No vas a conseguir nada..”

- “Callate gorda fea, vos qué sabés de política. Adelgazá y después hablamos, porque asi solo me da mirar tu panza”.

La agresión puede alcanzar niveles inusitados. Se da en forma despiadada en las redes sociales, en la calle, en la escuela, en los trabajos, en las familias, en las cenas de conocidos. El objeto de burla es, siempre, el cuerpo femenino que no encaja con el modelo hegemónico de belleza. Y los ejemplos son apenas una muestra de la forma en que históricamente a las mujeres se nos sentenció por tener kilos de más. ¿De más a qué? ¿Con qué parámetro y quién los mide?
Cuando no violan nuestros cuerpos, los someten a juicios de valor. Ser gorda es sinónimo de ser fea. Tener celulitis o estrías es una condena. Tener panza (con o sin embarazos en el medio) trae como castigo no ser digna del uso de una bikini. ¿Cuántas formas de ejercer violencia sobre nuestros cuerpos existen? ¿Por qué tolerar la discriminación cruel que genera luego secuelas psíquicas? ¿Por qué los cuerpos femeninos son objeto de opiniones ajenas?
“El cuerpo aparece como una plataforma de opinión pública, de alguna manera son el lugar donde se dirime nuestro valor social”, dispara la filósofa Lux Moreno, activista contra la gordofobia y filósofa. “Algo que ha generado el capitalismo es ponderar la corporalidad y considerar la imagen como un valor de consumo”.

La gordofobia, de eso se trata, se ha puesto en evidencia en los últimos años. Las activistas que luchan contra eso también. Habrá que ver quién gana la batalla, pero hacer visible que las mujeres no queremos más desvalorizaciones ya es empezar a ganar.

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-“Durante mucho tiempo usé malla enteriza. Este verano me animé a la bikini. Fue gracias a la campaña “Hermana soltá la panza” que hicieron desde la cuenta @mujeresquenofuerontapa”

Una cuenta de Instagram que invita a la reflexión lanzó la campaña que alcanzó a miles de mujeres y mostró testimonios conmovedores sobre la presión que sufrimos las mujeres cuando se trata de encajar en el modelo de belleza imperante. “Es que no solo hablamos de diversidad sexual sino también de la diversidad corporal. Creo que hemos avanzado mucho, pero en los últimos dos años con cuarentena ese control sobre los cuerpos se ha transformado en un híper control en las redes sociales”, describe Lux Moreno, quien empezó a militar en 2013 a partir de su experiencia personal.

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Lux Moreno (@reinamiel): "no solo hablamos de diversidad sexual sino también de la diversidad corporal".

“Desde los ´70 con el proceso intensificador de globalización y políticas neoliberales, hay una única y posible corporalidad: la hegemónica. La noción de delgadez como una forma de valor: los cuerpos delgados tienen valor diferencial respecto de los cuerpos que no lo son. En relación a eso, la mirada es vigilante respecto a la corporalidad del otre y se han construido históricamente modos de mirar a les otres donde se permite la opinión de cualquier persona”, analiza la filósofa.
Por eso la gordofobia surge no como un miedo sino como un rechazo a las corporalidades gordas. Y se sostiene con discursos discriminadores, estigmatizantes, como que “no son corporalidades valoradas dentro del mercado del deseo”.

Ahora bien: ¿es lo mismo ser gordo que gorda? La activista Lux Moreno subraya que “hay una diferencia entre la gordofobia en personas feminizadas y las masculinidades. Eso no significa que ellos no sientan la gordofobia como controlador social, pero las mujeres aparecen en un lugar más cruento y tiene que ver que el cuerpo está pensado como un objeto de uso público. Por eso las violaciones son respondidas por esta concepción”.

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- “Para vos no tengo … no trabajamos talles especiales”

Pretender sentirse a gusto con la ropa es un problema cotidiano. Las mujeres que no responden al modelo de “talle único” se enfrentan con la imposibilidad de lucir prendas que sí pueden las chicas más delgadas.

Celeste Madueña es diseñadora textil y ofrece talleres de moldería y diseño a mujeres emprendedoras. Allí se busca algo más que aprender a cortar: “busco que reflexionemos sobre sobre nuestra práctica porque nosotras de alguna forma intervenimos en el cuerpo de los demás cuando pensamos una prenda. ¿Sobre qué corporalidad vamos a diseñar?”, se pregunta.

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Celeste Madueña (@celestemaduenimolderia): "los cuerpos ideales no existen. Como tampoco existe una sola forma de diseñar".

Es que la moda también sigue los estereotipos de belleza. Y en las tablas de referencia que existen para diseñar, hay modelos prefijados que no representan a todos los cuerpos. “No conozco a nadie que no tenga algo que resolver en sus medidas. Los cuerpos ideales no existen” e incluso se pregunta durante la charla “qué es un talle especial y qué es una mujer ´real´. Una mujer con mastectomía, ¿no es real?”.
Entonces, desde este posicionamiento es claro advertir que “no existe una sola forma de diseñar” y por eso apuesta a un producción con compromiso social, más amigable con todas las corporalidades y atendiendo la producción a gran escala sin necesidad de pagar de más: “no puede ser que paguemos más porque excedemos la norma, es discriminatorio”. Además, en el taller se cuestiona de dónde viene el tema de los moldes: “siempre desde la visión de los hombres donde el cuerpo debía entrar en el molde y no al revés”.

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- “Va más allá de lo estético, tiene que ver con la salud…”

El comentario es de los más escuchados. La gordura como sinónimo de enfermedad. “Estamos modificando la Guía Nacional del ministerio de Salud, trabajando junto al Inadi, para despatologizar la gordura y entender que no toda gordura es obesidad. Hoy hablamos de obesidad metabólicamente saludable, un término que no está tan publicitado y existe mucho más de lo que creemos”, agrega Lux Moreno.
Los hechos discriminatorios existen, se palpan, se escuchan, se ven. Tanto en infantes como en adolescentes y afectan la salud física y mental. Por eso desde el activismo se habla de cuerpos diversos. “Hay condiciones corporales que son diferentes, no todos van a ser enfermos y eso no significa que no haya prevención”, subraya Moreno.
La cantidad de influencers gordas (la mayoría son mujeres) ayudan a revertir algunas miradas, sobre teniendo en cuenta que la construcción de belleza es cultural. “Hoy en día contra la gordofobia hay mucho para trabajar, esto no se termina. Incluso son temáticas que se están habilitando recién ahora en la investigación”, subraya.
Y si de salud se trata, la mejor receta parece ser respetar y no opinar sobre cuerpos ajenos. Y amigarse con el propio.