Notas

Educación para adultos

“Hice el secundario para darle el ejemplo a mis hijos”

La educación en adultos representa un gran desafío para los más grandes. El recibirse termina siendo un fuerte anhelo y una forma, también, de cumplir con los objetivos de vida. Gladys Troia y Patricia Melo accedieron a terminar sus estudios secundarios en uno de los programas existentes y nos contaron sus experiencias, vivencias y dificultades.

secundario gladys

Rodrigo Junger - Agencia Comunica

14/03/2022

Gladys Troia tiene 65 años, es jubilada y tiene 2 hijos, un varón de 23 años y una mujer de 25. Para ella el retomar los estudios significó un desafío muy grande porque a su edad creía que nunca lo iba a lograr. Al día de hoy ya lleva cursado 1 año que representan 2 años en total de los 6 a realizar. Para poner en contexto, cada cuatrimestre del plan FinEs simboliza 1 año completo del secundario. En el caso de Gladys tiene que realizarlo completo, es decir que tiene que cumplir 3 años completos (6 cuatrimestres).

Las historias del porqué dejaron los estudios en este ámbito suelen ser muy variadas: desde trabajo hasta la tenencia repentina de hijos. En el caso de Gladys, el tener que empezar a trabajar a una corta edad no le permitió seguir con los estudios secundarios: “cuando tenía la edad de hacer el secundario no era obligación, entonces no lo hice y me fui a trabajar, después vinieron los hijos y no lo pude hacer, siempre fue algo pendiente que yo quería hacer pero no pude”. Hoy su realidad es otra y “tengo el tiempo y la posibilidad de este tipo de secundario”.

A los adultos suele costarles un poco más los procesos de aprendizaje que a los más chicos.Eso no es un motivo para no empezar porque las ganas y el entusiasmo de aprender está en cada persona. El acompañamiento es fundamental para que estos progresen. Gladys sostiene que sin la ayuda de sus hijos el proceso sería un poco más difícil y que “ellos –sus hijos- me incentivaron a hacerlo, son los primeros que quieren que yo termine. Además me ayudan mucho en materias donde me cuesta como inglés que nunca tuve o matemáticas”. En esta sintonía Gladys da su cuota de humor y confiesa “cuando me llego la nota de inglés los mire y les dije miren la nota que se sacaron”.

El regreso a la presencialidad es una realidad en todos los ámbitos educativos y la “nueva normalidad” impacta en las rutinas de los mayores. Con sus pros y sus contras, Gladys sostuvo que la virtualidad era un espacio de comodidad ya que: “estando en casa es distinto porque uno usa los horarios que quiere, es más flexible”. Además relató su experiencia cursando virtual: “al principio me costó mucho entrar al zoom, recibir las tareas y demás pero mis hijos me dieron una mano, después me fui adaptando y la realidad es que me gustaría seguir virtualmente”. Por otro lado reflexionó sobre los desafíos que se le van a presentar cuando tenga que asistir a un aula después de mucho tiempo: “no conozco a ninguno de mis compañeros, seguro van a ser personas más chicas que yo o más o menos y poder interactuar con ellos va a ser un lindo desafío”

La modalidad adultos cuenta con una amplia propuesta en educación de primaria, denominados E.E.P.A. (Escuela de Educación Primaria para Adultos) o C.E.A (Centro de Educación de Adultos) distribuidos en lugares estratégicos del partido de Olavarría. Actualmente la modalidad cuenta con casi 10 instituciones y con una matrícula que ronda los 70 estudiantes.

En tanto que la modalidad de secundaria para adultos cuenta con una variada y muy extensiva propuesta educativa, con una matrícula total que ronda los mil estudiantes. Componen la propuesta los Cens, con sus diferentes modalidades presenciales o a distancia, y el FinEs trayecto y deudores de materias.

La modalidad consta de tres años de cursada, tres veces a la semana, en horario de tarde o vespertino, según la disposición del estudiante. De la modalidad completan sus estudios un promedio de 100 estudiantes por año.

La satisfacción de cerrar una etapa pendiente

Patricia Melo tiene 39 años, trabaja en una empresa tercerizada de limpieza para la fábrica Cerro Negro, tiene 3 hijos de 21, 17 y 16 años. Ella egresó del plan FinEs hace ya 3 años y contó su experiencia en un momento donde la virtualidad no existía y la pandemia era inimaginable.

secunda adulto
Patricia Melo recibiendo su diploma de secundario del plan FINES

Entre la necesidad y la satisfacción de obtener el título secundario Patricia comenzó su camino en 2016 y lo finalizó al día en el año 2019, para ella terminar esta etapa significó mucho porque: “era una materia pendiente por el simple hecho de que yo quedé embarazada a los 16 años entonces no pude seguir en su momento, además me servía para ayudar a mis hijos en la escuela, sentía en ese momento que mis hijos necesitaban de mi ayuda”.

La realidad del FinEs en el momento que le tocó cursar a Patricia era distinta, ella relató que la problemática más marcada fue el tema del lugar “los dos primeros años estábamos en la sede de “Mariano Moreno” y el último año nos pasaron a mitad de camina a la Escuela 8 donde funciona la escuela municipal de música, nosotros teníamos un lugarcito ahí”. La cuestión fue que cada vez más chicos arrancaban y el lugar en Mariano Moreno no alcanzaba para tal demanda “cada vez más chicos se anotaban, en el primer año arrancaron 30 personas y terminaron 18 aproximadamente”.

El sacrificio y la actitud suelen ser las características fundamentales por las que atraviesan los adultos que desean terminar sus estudios. El trabajo o los distintos quehaceres domésticos pueden afectar o jugar un poco en contra en estos casos. Patricia recordó sus esfuerzos y expresó que “en el último año yo trabajaba en otro lugar, llegaba tarde en la primer horita de cursada alguno de los días. Salía 5/6 de la tarde y ya tenía que ir a cursar. No faltaba por nada en el mundo, hacer el secundario era algo pendiente que tenía más que nada para darle el ejemplo a mis hijos”.

Históricamente tanto la educación primaria como secundaria recompensa a los alumnos con las mejores notas de los cursos dándole el honor de portar o ser escoltas de la Bandera Nacional argentina. El excelente desempeño de Patricia la llevó a tener la posibilidad de ser escolta de la bandera: “recuerdo que era muy responsable, me encantaba tomar nota de todo, interesarme, preguntar, siempre tenía la carpeta completa. Cuando me comunicaron lo de la bandera sentí un orgullo hermoso, fue algo que me hacía falta en mi vida, quizás por la vida complicada de chica pero fue muy lindo”.

La experiencia de terminarlo significó para Patricia un gran logro personal, una motivación para seguir. Hoy hace un llamado a la sociedad para que se animen, se anoten y encaren la experiencia de terminar el secundario “yo le aconsejaría a la gente que si lo tienen pendiente como me pasó a mí que no se frustren y encaren que es una experiencia muy linda y gratificante” cerró Patricia Melo.