Entrevistas
Educación pública

“Todavía no estamos en crisis pero hay que tener los ojos bien abiertos”

Roberto Tassara, rector de la UNICEN, realizó un balance económico sobre la situación actual de Universidad Nacional del Centro y las consecuencias  de los recortes universitarios por parte del gobierno nacional.

 

Por Eliseo Díaz

Los recortes en diversos ámbitos que está llevando a cabo el Gobierno, junto con el aumento exponencial de las tarifas afecta directamente a las universidades públicas. “Es algo que le está pasando al conjunto del país y las universidades no podíamos ser una isla”, recalcó Roberto Tassara, contador y actual rector de la UNICEN. En una entrevista con Agencia Comunica manifestó su preocupación por la situación que está atravesando y su perspectiva acerca de las situaciones a afrontar durante el transcurso de 2018.

¿Cuál es el presupuesto que tiene la UNICEN?, ¿Es mayor o igual al presupuesto 2017?

El presupuesto actual es $1474.204.183 y el del año pasado fue de 1137 millones aproximadamente. Ese incremento se debe a la anualización de los aumentos salariales del 2017. Lo que ha pasado en 2018, que pasó también en 2017, es que no incluyen en el presupuesto un adicional que siempre se daba para financiar lo que no son salarios, que salía en la denominada “Planilla B”. En el caso nuestro son 55 millones y no se incluyeron los del 2017 en el presupuesto 2018. Con lo cual, a nivel gastos de funcionamiento, inversiones y equipamiento, tenemos a valor nominal el mismo presupuesto que en 2017.

No tenemos contemplado ningún incremento de precio en todo lo que no sea salarios. Ya con los aumentos de las tarifas se puede advertir que es algo completamente insuficiente. Es decir que no hay ajuste en términos formales porque el presupuesto no rebasa. Pero con la inflación, y en el caso nuestro con algunos aumentos que son superiores a la canasta familiar, obviamente tenemos problemas.

¿Cómo impacta el recorte anunciado por Gobierno nacional en la UNICEN?

El recorte en principio es el no aumento. Después hay recortes en partidas, que todavía no sabemos exactamente cómo van a funcionar pero que en principio se aplicarían a obras: infraestructura y algunos programas.Ya se nos anunció que las obras nuevas, aun algunas ya adjudicadas y a las que solo faltaba el visto bueno de la Corporación Andina de Fomento (que es la que financia esas obras), no van a salir durante este año. Ahí tenemos unas obras muy importantes, sobre todo para Olavarría. Para la Escuela Superior de Ciencias de la Salud hay un proyecto importante aprobado por la Secretaría de Políticas Universitarias, por el Ministerio del Interior, por el área de infraestructura, que iba a ser financiado y está parado. Son 55 millones de pesos para construir todo lo que Salud necesita por el gran incremento en la cantidad de alumnos. También hay uno de Ingeniería más chico; para la facultad de Arte en Tandil y para los comedores. Y una ampliación de las residencias en Olavarría que estaba para ser financiado. Solo se terminan las que están en construcción, incluso dijeron que habían parado algunas en construcción.

Esto significa que vamos a tener que poner ahí dinero que tenemos de recursos propios que hemos ido recaudando y que son por única vez, sobre todo porque por lo general uno los tiene en reserva para casos muy especiales. Vamos a tomar unas medidas. Por ejemplo, el servicio de limpieza contratado lo vamos a renovar por el mismo valor porque es lo único que tenemos. Eso significa que las oficinas se van a limpiar solo una vez por semana.

No hay nada que signifique una crisis pero es un llamado de atención que yo venía advirtiendo, lo había dicho en algunos medios de comunicación y en el Consejo Superior dos o tres veces. Estábamos bien pero si nos alcanzaba la macroeconomía (que nos alcanzó) el déficit fiscal iba a tener como consecuencia aprietes presupuestarios. Y esto es lo que está pasando. Todavía no estamos en crisis pero hay que estar con los ojos muy abiertos.

¿Cuál es el presupuesto que se le asignan a las tres facultades de Olavarría de UNICEN y a la Escuela Nacional Adolfo Pérez Esquivel (ENAPE)?

Este es el gasto del 2017, el de este año va a ser más: Ingeniería 111 millones de pesos, Sociales 60 millones de pesos, la Escuela de Ciencias de la Salud 48 millones de pesos y la escuela Adolfo Pérez Esquivel 19 millones de pesos.

¿Qué lugar ocupa para usted la Universidad pública en la agenda del Gobierno?

Me parece que ocupa un lugar intermedio. No estamos todavía frente a una cuestión que nos permitiría decir que estamos frente a un ataque a las universidades públicas. Todavía se respeta la autonomía, aunque existen este tipo de cuestiones presupuestarias pero que son generales.Pero tampoco diría que están en el primer plano. Si uno lo suma a la política de Ciencia y Técnica, ahí se nota un ajuste de lo que se venía haciendo. Sólo la mitad de científicos ingresa ahora al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Las cifras que yo di, por ejemplo, no incluyen todo lo que son investigadores que cobran por el CONICET. Y esto se va a ir achicando...

Teniendo en cuenta que usted el año pasado había manifestado su preocupación por la situación presupuestaria de las universidades públicas. ¿Considera que esto se va a profundizar a lo largo del 2018?

Espero que no. En el 2018 también se aprobó una Planilla B de 55 millones, en nuestro caso, por el Congreso de la Nación. El problema es que jefatura de Gabinete, que es el que la tiene que ejecutar, la sub ejecutó el año pasado y probablemente este año sea cero. Y esto se va a definir después de que se cierren las paritarias, Es decir que mientras que no se sepa el número de la paritaria que implica la mayor erogación adicional para el Estado, es muy difícil saber qué se va a hacer con el resto de los gastos. De manera, yo espero primero que se cierre la paritaria junto con los gremios y que no se tome una decisión unilateral y un aumento escaso. Cerrado eso, que rehagan algo y nos puedan pagar aunque sea una parte de esa Planilla B. En muchos gastos uno puede tener cierto control pero en las tarifas no y todavía no sabemos el impacto final que van a tener. Pero son aumentos muy grandes y por eso necesitamos una buena parte de esta planilla.

¿Le sorprendió este ajuste?

No. Me sorprende que no se haya pagado la Planilla B porque estaba hasta la resolución de Jefatura de Gabinete asignando los 55 millones. Y se terminó pagando 35 del año pasado y de este año en principio nada. Pensé que con eso nos íbamos a poder manejar. Pero de alguna manera se tenía que sentir el ajuste, eso lo tenía claro, es algo que le está pasando al conjunto del país y las universidades podíamos ser una isla. Por eso es que tenemos esta reserva de recursos propios porque viendo cómo evoluciona la economía argentina era de presumir que alguna de estas cosas podía pasar. Así que estamos con eso, no en crisis pero estamos utilizando reservas que en otro caso se utilizarían en erogaciones de única vez: como compra de equipos, infraestructura  o mejoras en distintos lugares. Y que ahora está minimizado, esperando a ver cuánto necesitamos de esa planilla para seguir funcionando normalmente.

Usted en 2015 afirmó que Macri no garantiza la gratuidad de la educación universitaria. ¿Considera que ese riesgo sigue en pie?

Este año se va a hacer la Conferencia Regional de Educación Superior (CRES) donde este tema generalmente aparece, no exclusivamente en torno a Argentina pero aquí lo que el Gobierno no va a poder desmentir es que esto se va a seguir sosteniendo. Una cosa es decir que el Gobierno no lo garantiza porque no está en el perfil del partido garantizar 100% pero no creo que ocurra que deje de ser gratuita. Me parece que es un tema que en una alianza donde está el PRO y el radicalismo eso no debiera ocurrir. Esas cosas no se van a tocar mientras por lo menos esté el radicalismo dentro del Gobierno.

¿Cuál es su postura con respecto a los dichos del macrismo, específicamente con respecto al proyecto de Luis Petri, que trata sobre el control y cobro a estudiantes extranjeros de universidades públicas?

Me parece que no va con los ideales de la Argentina. No va con los ideales de un país que siempre ha sido de puertas abiertas. Por otra parte, la intención de eso es molestar  a otros más que nada, como para dar una señal de “algo” que a mí juicio no va con los ideales que ha tenido la Argentina respecto a los inmigrantes. Además no soluciona absolutamente nada dentro del Sistema Universitario Argentino./ AC-FACSO