Entrevistas

Marcos Rodríguez y su recopilación de datos locales

“No soy historiador de profesión, sino de vocación”

Marcos Rodriguez acerca la historia local a toda la comunidad, a través de notas sencillas y breves. Actualmente investiga sobre la gestión administrativa del Concejo Deliberante durante la última dictadura militar.

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Magdalena Bisogno Eyler- Agencia Comunica

Marcos Rodríguez es historiador de oficio. No tiene ese título, pero se lo conoce por su labor como divulgador de la historia local, que acerca a la comunidad en forma de notas breves, con un lenguaje sencillo y llano. Su trabajo lo llevó a dar charlas en las escuelas, en el Instituto de Formación Docente, la Universidad y en medios de la ciudad.
A través de su Instagram “olavarría del ayer”, proyecto que nació durante la cuarentena en 2020, muestra imágenes, postales e historias, que convocan a distintas generaciones por el interés que genera ver el pasado en fotografías y los cambios que se han ido produciendo.
Hoy, en conjunto con el Concejo Deliberante, a raíz de un proyecto interno, investiga la administración y la gestión municipal durante la última dictadura militar, en el período comprendido entre 1976 - 1983.
Desde hace seis, siete años, por vocación o por hobbie, investiga la historia del partido. Recopila material y colecciona postales, imágenes, anuarios y guías.Tiene su propio archivo relacionado al patrimonio olavarriense. “El amor por la patria chica”, sostiene Marcos Rodriguez, “me llevó a recabar información tanto a nivel local como provincial y nacional. En el Concejo Deliberante, el Palacio San Martín, en el Ejecutivo y en el Archivo Histórico Municipal, por un lado, y por otro, en la Biblioteca Nacional, el Archivo General de la Nación”.
Técnico en Gestión Universitaria, trabaja en la Facultad de Ciencias Sociales en el área de la Administración, de Investigación y Posgrado, y Formación de la Administración Pública. Trata de no hacer valoraciones, sino de volcar datos duros en las notas. “Es válido entrar en debates, hay que plantearlos sobre las figuras, sobre la memoria y el espacio urbano. Yo escribo con datos duros, que sirvan de disparador para quienes quieran profundizar investigar”.

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¿Cómo surgió el proyecto?

El año pasado el presidente del Concejo Deliberante, Bruno Cenizo, se comunicó conmigo para hacerme una consulta, ya que estaba recuperando y digitalizando el material de archivo de forma casera, con aplicaciones. He encontrado biblioratos de ordenanzas, copiadores que son libros donde quedaban asentadas copias de notas, ordenanzas del Concejo.
Hay material desde 1890 en adelante, porque el pueblo se fundó en 1867, bajo lo que era la jurisdicción de Azul y en 1879 se formalizó. Hay material escrito a mano, por lo que es difícil leerlo, la tinta se va borrando. Se está rescatando de esta forma. En marzo aparece esta iniciativa en el marco interno del Concejo Deliberante , de crear y poner en valor el acceso de todo lo vinculado a la época del último proceso militar de 1976 a 1983. Todavía falta trabajo para hacer, hay que mejorarlo, completarlo. La ordenanza es muy amplia, no solamente abarca el Concejo. Entonces en el marco del proyecto que surgió en marzo del archivo de los 1810 días hay varias aristas. La ordenanza pide la compilación del Ejecutivo municipal, de los decretos , las normas emanadas en provincia. Tanto en el Golpe del 66 como en el del 76 la provincia emitía lo que se llamaba ordenanzas generales, que en algunos casos eran para todos los partidos. y después emitían ordenanzas para el partido específico . Esas ordenanzas eran gestionadas con los intendentes del momento. Esa es la información y son las normas que estamos recopilando y digitalizando, armando índices para poner a disposición tanto de manera digital como física. Es un periodo importante como cualquiera creo yo, pero este en particular porque permite rescatar la información y los temas que abordaba la administración municipal. vamos a encontrar normas como de cualquier periodo histórico, una licitación sobre una calle, sueldos municipales, los actos administrativos de ese momento.

¿Y de esa investigación histórica cuál es la parte que disfrutás más?

Precisamente es eso, el transcurrir. A veces uno lo disfruta más que el destino. El hallazgo satisface, y alegra, y después genera "bueno, y ahora qué sigue, qué más hay" Es una aguja en un pajar, una actividad que te sorprende. A veces |encontrás información de casualidad, siempre te "falta una figurita" difícil. Los sistemas administrativos han ido cambiando, la numeración de las normas era distinta a la de ahora. Lo que uno tiene que hacer es mirar el contexto, no mirarlo con los ojos de ahora. A veces encontrás errores en las normas, un lugar que lo llaman de una manera y en otro, de otra. U omisiones que pueden llegar a pasar.

¿Vas a buscar información también en las distintas delegaciones municipales?

Siempre trato de recabar información donde haya. A veces habría que trabajar más desde la política el resguardo y la organización de los archivos de acuerdo al área. Hay que unificar los criterios para ver a qué lugar va cada uno. Y también habría que trabajar los protocolos a nivel municipal para el tratamiento del material.

¿Creés que hay otra forma de contar la historia para la gente que no tiene una formación académica?

Creo que la función de nosotros, los historiadores y divulgadores es esa. A veces la academia es una endogamia, no logra salir de su cápsula. Está bien, es un aporte, pero a veces falta sobre todo lo que es más micro, la historia local. Pasa incluso a nivel de los pueblos, del partido. Muchos historiadores, casi todos, no han sido de formación, sino que lo hacemos por vocación y por gusto. Venimos a llenar ese vacío o esa idea de tener más llegada, con otro estilo breve, de divulgación y lenguaje llano. Pero siempre es riguroso y sistemático, basado en documentación.
La historia es una ciencia social, no es una ciencia exacta. Entonces no podemos decir “esto fue así taxativamente'', hay lecturas diversas, un día un documento te lleva a plantear otra hipótesis y a chequear fuentes.

¿Cómo se puede acercar a los jóvenes y a los adolescentes la historia del lugar de origen?

Primero, no hay que subestimarlos porque uno a veces cree que no les interesa. Me pasó con el Instagram y empecé a ver que había mucho interés de los jóvenes, que se empezaban a enganchar por lo inmediato, por su barrio, por su escuela. Gente que ha transitado por un colegio y ve fotos antiguas de los espacios públicos totalmente distintos. Los chicos llegan sobre todo por ahí: por el club , la escuela. Hay público muy ferviente y hay una cuestión de añoranza.

La ciudad es una cosa viva, se va transformando. El punto es, como olavarrienses, qué queremos conservar, cómo y desde qué lugar, ya sea material o inmaterial. Cuestiones que hacen a la identidad. Me parece que los aniversarios son disparadores para pensar un poco eso.

Hace poco salió una convocatoria nacional para que los mayores de 70 años contaran la historia desde lo cotidiano. ¿Esto se podría replicar a nivel local?

Claramente, sí, desde la Facultad han trabajado la historia oral. Sí, la historia oral, la entrevista, el rescate y la grabación de una persona que te cuente cómo era su infancia en los años cuarenta en tal barrio es importante. Hay que buscarle algún tipo de formato, los Museos de los pueblos han trabajado mucho en ese sentido. Quizás todavía falta difusión y un trabajo paulatino, cultural, que las escuelas valoricen lo local. El punto es ir rescatando, y no caer en posturas "progreso- antiprogreso", para que quede testimonio de ese lugar. Es una labor en conjunto.