La Huerta

Juicio la Huerta

El impacto generacional de la desaparición de personas durante la dictadura

Este viernes 8 de julio se realizó la audiencia número 11 del juicio por los delitos de lesa humanidad que se cometieron en la región centro de la provincia de Buenos Aires. El eje del debate estuvo en los casos de secuestro y desaparición de dos matrimonios: Daniel Reynaldo Medina y Elizabeth Kennel; María Hebe Traficante y Carlos Martínez.

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11/07/2022

Por Soledad Restivo- Agencia Comunica /Unicen

Daniel Medina tenía 29 años era abogado laboralista y militante popular. El 18 de octubre de 1976 fue secuestrado en su casa en la esquina de Yrigoyen y Uriburu. Elizabeth, militante sindical y de la JTP (Juventud Trabajadora Peronista), fue secuestrada el 12 de julio de 1978. Fue Identificada por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) en 2011 entre las víctimas de lo que se conoce como la Masacre de “Luna Roja”. La familia supone que estuvo detenida en el CCD el ex ISER (Tandil). Cabe destacar que el caso de Elizabeth Kennel quedará impune porque el único imputado por su secuestro era Alberto Balquinta recientemente fallecido. Balquinta fue exsegundo jefe de la Unidad Regional XI de Azul durante la última dictadura cívico militar y condenado por delitos de lesa humanidad en el Juicio Monte Peloni II (2019).

El primero en declarar fue su hijo Simón Medina, de 1 año y medio cuando ocurrieron los hechos. Aseguró que no le interesa la condena judicial, busca una condena social y saber que fue de su padre porque “es difícil vivir sin saber, hicieron mucho daño y me lo siguen haciendo”, dijo. Agregó que a le faltan sus “viejos” pero “los 30.000 le faltan a toda la sociedad”. A los 12 años comenzó la búsqueda por su identidad y la necesidad de saber qué pasó con su madre y su padre. Simón continúa reconstruyendo su historia también para su hijo Joaquín, quien integra el grupo “Nietes”, un colectivo nacido en La Plata a mediados de 2019.

Carlos Medina, primo hermano de Daniel, declaró acerca de los hechos que atormentaron a su familia. Fue quién denunció el caso en la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP). Relató que, durante el año 1983, Raúl Alfonsín estuvo por la localidad de Tres Arroyos durante la campaña presidencial, el padre de Daniel se acercó a presentarle su caso y Alfonsín le dijo “Quédese tranquilo que su hijo va a aparecer”. Desde ese momento, Reynaldo Medina “vivió desesperado buscándolo hasta que falleció”, aseguró Carlos.

Enrique Pizzorno, abogado de Tandil, declaró respecto del habeas corpus que presentaron por la desaparición de Medina, quien defendía obreros de la Metalúrgica Tandil cuando se produjo el golpe de Estado del 76. El pedido fue motorizado por el reconocido abogado local Jorge Dames y firmaron “casi todos los abogados de la ciudad”. Además, aseguró que, como abogado del sector sindical, recibió amenazas semanales y por ello se exilió en Canadá desde el 1978 hasta el 1984. A raíz de este testimonio la fiscalía solicitó se llame a declarar al Dr. Dames, quien además fue nombrado durante el abordaje del caso Alfredo Tangorra (3ra audiencia, 25/03/2022).

Norma Traficante declaró sobre el secuestro y desaparición de su hermana María Hebe Traficante. Dijo que fue a estudiar filosofía a La Plata en el año 73 y allá conoció a Carlos que era geólogo. Ambos militaban en la Juventud Universitaria Peronista (JUP). Se casaron en Benito Juárez y partieron a vivir a Tandil, donde Carlos consiguió trabajo en la Cantera Montecristo. Fueron secuestrados del Hotel Turista en junio de 1977.

Esto afectó gravemente sus vidas. Norma esperó durante años el regreso de su hermana y cuando se dio cuenta que esto no sucedería cayó en estado depresivo agudo. Con profundo dolor relató que su padre pidió que colocaran una foto de Hebe en su pecho al momento de su muerte. Hebe cursaba 4 meses de embarazo y a 45 años, la familia continúa la búsqueda de ese hijo/a.

También declaró el hermano menor de María Hebe, Gustavo Traficante. Su mamá lo abrazó y le dijo que su hermana había desaparecido, aunque en ese momento no entendió la dimensión de esa palabra. Narró cabalmente el sufrimiento familiar: “mi vieja fue la que más sufrió y vivió con tristeza absoluta” dijo Gustavo.

Claudia Inés Liatis, prima hermana de “Chuni” (apodo de María Hebe), fue quien realizó la denuncia en la CONADEP. La familia investigó todo lo que pudo, de todas las maneras posibles. Su padre había estado en el Ejército, pero se fue porque “no lo soportó”. Entonces le encargaron la búsqueda de algún dato. Sin embargo, en esa diligencia amenazaron a sus hijos y desistió. Claudia Inés dijo que no está segura “si la sociedad llegó a entender lo que significa un desaparecido en la familia, es una marca indeleble, nos afectó a todos, nos dejó buscando”.

Se trató de una jornada movilizadora, de profunda emoción y dolor. Ninguno, ninguna de los y las presentes resultó impávido.