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Zum/ Programa Jóvenes y Memoria

Alumnos de Normal ayudan a una víctima del terrorismo de Estado a reconstruir su historia

(Este artículo se complementa con una entrevista a Nicolás Berardi, titulada: "La reconstrucción de mi identidad es permanente")

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Estudiantes de la Escuela Normal trabajando
en el Proyecto "Bichicuí"/ Foto: Gonzalo Gómez López

Los estudiantes de 6º 5ª de la Escuela Normal investigan la desaparición de Marisa Gau, una ex alumna de la institución. Nicolás Berardi, su hijo, colabora con el trabajo de los chicos y está descubriendo junto a ellos aspectos de la vida de su madre que desconocía

Cada 24 de marzo los estudiantes del último año de la secundaria de la Escuela Normal se encargan de realizar una reflexión sobre la dictadura para compartirla con los alumnos de los demás cursos. Este año junto a la docente de Historia, Gabriela Vigneau, abordaron el caso de Carlos Alberto "Negro" Moreno, un abogado laboralista olavarriense asesinado por el gobierno de facto. "Hicieron un trabajo por el Día de la Memoria sobre el caso del Negro Moreno y de ahí surgieron algunos interrogantes, por ejemplo ¿Cuántos de los alumnos de esta escuela fueron víctimas del terrorismo de Estado?", explica Vigneau.

"Empezamos con el proyecto averiguando sobre la dictadura y los desaparecidos de esta escuela, buscamos en una lista y saltaron cuatro casos, entre ellas estaba Marisa Gau, que fue de la que más conseguimos información y decidimos explayarnos más sobre su historia", detalla Gonzalo, de 17 años, estudiante de la Escuela Normal. Marisa Gau se graduó en la Escuela Normal en 1970 y fue asesinada junto su esposo, Adolfo "chingo" Berardi, en 1976 en La Plata.

En este momento los jóvenes están transitando la etapa de investigación previa a la elaboración del producto final. Para recabar información realizaron entrevistas a amigos y compañeros de Marisa, con la idea de conocer cómo era su vida antes de irse a vivir a La Plata. "Le preguntamos qué vínculo tenían, cómo era Marisa, qué vivieron con ella y cada cual tiene una historia diferente", cuenta Santiago, de 17 años. Lo que ellos nunca se imaginaron es que iban a poder contactarse con Nicolás Berardi, hijo de Marisa y Adolfo y sobreviviente de la noche en que sus padres fueron asesinados, quien los visitó para brindar su testimonio la semana pasada.

Reconstruyendo una historia desde el presente

Nicolás Berardi vino a Olavarría para formar parte del proyecto que recupera la historia de su madre. De la propia, conoce lo mismo que pudieron averiguar los estudiantes; que su vida cambió cuando apenas tenía un año y medio y que en la madrugada del 22 de noviembre de 1976 se convirtió en hijo de desaparecidos. El resto de su identidad y su historia personal todavía la está reconstruyendo. "Nicolás nos dijo que nosotros le vamos a aportar datos de la madre que él nunca pudo tener, vamos a relatar parte de su historia, de una historia que él no conoce, para nosotros saber que podemos llegar a cambiarle la vida es muy fuerte", reconoce Emilio, de 17 años.

Nicolás sabe que sus padres, Marisa y "Chingo", fueron novios los últimos años de la secundaria y que en 1970, una vez egresados, ella de la Escuela Normal y él del Colegio José Manuel Estrada en Olavarría, se casaron. También sabe que un año después decidieron mudarse a La Plata, donde su mamá estudió profesorado de Biología y su papá Ciencias Económicas.

De la información recabada, los estudiantes pudieron reconstruir parte de la militancia de Marisa y Adolfo aunque sin certezas definitivas. En su visita a Olavarría, Nicolás pudo evacuar muchas de sus dudas. En los primeros años en la ciudad de La Plata, sus padres militaron en la Liga de Estudiantes Socialistas, pero después del '74 se alinearon a la izquierda peronista, participaron de la Juventud Peronista, fueron montoneros y pasaron a la clandestinidad. Su casa funcionó como centro operativo de Montoneros en La Plata; allí se falsificaban documentos para los militantes clandestinos que necesitaban moverse por el país para huir de la captura. El final es conocido; sus padres fueron asesinados la noche del 22 de noviembre en un operativo al mando de los represores Ramón Camps y Miguel Osvaldo Etchecolatz. Él se salvó porque su papá lo envolvió en un colchón y lo pasó a la casa del vecino. Semanas más tarde fue recuperado por sus abuelos maternos en una situación escalofriante. Etchecolatz los citó a su oficina y los instó a que lo llamaran. Si el niño respondía, podrían llevárselo. Si no, permanecería con sus apropiadores. Los abuelos recordaron que Marisa y Chingo lo apodaban "Bichucuí" y así lo llamaron. Nicolás, que apenas había visto a sus abuelos unas pocas veces, fue con ellos y salvó su historia.

En su paso por Olavarría, los estudiantes lo llevaron a recorrer la escuela en donde estudió su madre, les mostraron fotos que nunca había visto y visitaron la casa en donde crecieron él y su mamá, y en donde actualmente funciona el Archivo Histórico Local.

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Los estudiantes revisan fotos de la familia
Berardi Gau/ Foto: Gonzalo Gómez López

Recordando para el futuro

El Programa Jóvenes y Memoria surgió en 2002 por la iniciativa de la Comisión Provincial por la Memoria con el propósito de promover un tratamiento diferente de la última dictadura militar en las escuelas secundarias. El programa tiene como objetivo que los estudiantes se apropien de las experiencias pasadas, reconstruyan la memoria colectiva local y luego puedan transmitirla a la comunidad mediante un soporte.

La convocatoria de este año gira en torno a "Autoritarismo y democracia". En ese marco los estudiantes de 6º 5ª junto a la profesora de Historia, presentaron "Proyecto Bichicuí" con la idea de investigar y reflejar la historia de Marisa Gau, ex alumna del colegio. Actualmente, los estudiantes se encuentran realizando el proceso de investigación, el producto final será un material audiovisual que reconstruiría la vida de Marisa a través de entrevistas e información.

"La dictadura nos toca a todos de cerca y lo que me hace ruido es que esta historia acá no trascendió mucho. Por eso lo bueno es que este trabajo no lo veamos solo entre nosotros sino que lo vea la comunidad, porque la dictadura pasó pero está vigente porque afectó a muchas personas. Queremos que no sea un tema que quedé en las historias que nos cuentan o en el 24 de marzo, que es el Día de la Memoria y nada más. La idea es que trascienda", ansía Yamila, de 17 años, estudiante de la Escuela Normal./ AC-FACSO