Especial Monte Pelloni
Jornada de inspecciones oculares: La Huerta – Tandil
Se realizaron los reconocimientos oculares en los ex Centros Clandestinos de Detención. En La Huerta estuvieron presentes Eduardo Ferrante y Mónica Fernández, quienes permanecieron en cautiverio en el lugar y pudieron reconocer las características físicas del espacio
Las audiencias en el marco del juicio por los delitos de lesa humanidad cometidos en el ex Centro Clandestino de Detención Monte Pelloni continuaron el martes 25 de noviembre con las inspecciones oculares programadas en Tandil, Las Flores y Olavarría. El objetivo fue hacer un reconocimiento por parte del Tribunal Oral Federal de Mar del Plata junto a las víctimas-testigos que permanecieron en cautiverio en los ex CCD La Huerta (Tandil), la ex Brigada de Investigaciones (Las Flores) y Monte Pelloni. Los reconocimientos fueron llevados adelante por los jueces Roberto Falcone, Mario Portella y Néstor Parra; además estuvieron presentes los fiscales Walter Romero y Marcos Silvagni, junto al abogado Manuel Marañón, quienes llevan adelante la querella; y los abogados defensores Claudio Castaño y María Isabel Labattaglia.
La primera recorrida se realizó en el ex CCD La Huerta ubicado en inmediaciones de la Base Aérea de la localidad de Tandil. Durante la última dictadura cívico-militar, el Ejército lo utilizó como Lugar de Reunión de Detenidos y también como campo de instrucciones para la formación de soldados. Actualmente se encuentra en manos del Ejército, aunque no es utilizado frecuentemente. Hasta allí llegaron las víctimas-testigos Carmelo Vinci, Carlos Gensón, Eduardo Ferrante y Mónica Fernández, acompañadas por el equipo interdisciplinario de acompañamiento del Centro Ulloa. El ingreso al lugar se inicia con una arcada ubicada a la vera del camino a la Base Aérea que lleva la inscripción “Campo de Instrucción, Gral. Necochea”. Un sendero de aproximadamente 600 metros, tupido de vegetación, malezas y frambuesas lleva al lugar en el que estuvo en cautiverio Eduardo Ferrante (durante septiembre de 1977) y Mónica Fernández (en enero de 1978). Se trata de una construcción de aproximadamente 70 metros cuadrados con paredes tipo “salpicre” dividida en varias habitaciones. A unos metros, se ubica una construcción pequeña, con paredes y techo de chapa que era utilizado como sala de torturas.
Eduardo Ferrante estuvo cautivo en La Huerta en septiembre de 1977. Reconoció las características del espacio y explicó al Tribunal cómo era la disposición de lugares en el ex CCD. Foto: Agencia Comunica
La última vez que Ferrante había estado en La Huerta fue en 2006. En ese momento el lugar estaba en mejores condiciones: el techo permanecía en pié y los pastos estaban cortos. “No recuerdo si estuve detenido con más gente, es como que tuve un bloqueo mental y no puedo recordar” comentaba Ferrante a los jueces que seguían atentos sus palabras. Pudo reconocer el estilo de la construcción de las paredes y el espacio en el que puntualmente estuvo detenido, acostado en un catre y con los ojos cubiertos. Además recordó que escuchó gritos provenientes de la sala de torturas ubicada a apenas unos metros, lo que hace presumir que había otros detenidos en el lugar. Solo vio la luz en una ocasión cuando lo llevaron a bañarse y le retiraron la capucha. La luz entraba por el ventiluz del baño ubicado en el techo de la construcción, que por el paso del tiempo y el deterioro se derrumbó totalmente.
Mónica Fernández reconoció la habitación en la que estuvo detenida y recordó que desde una ventana del lugar pudo observar las torres de alta tensión que pasan por los campos a la vera de la Ruta Nacional 226. Durante el recorrido quiso comprobar ello aunque la vegetación del lugar se lo impidió. Su testimonio tendrá aún mayor validez en el juicio Monte Pelloni II.
El ex CCD La Huerta está ubicado a la vera del camino a la Base Aérea de Tandil. Un camino de 600 metros lleva a la casona en la que estuvieron detenidos los olavarrienses Eduardo Ferrante y Mónica Fernández. Foto: Agencia Comunica
Para salir del lugar nuevamente hubo que recorrer los 600 metros de camino. Ferrante y Fernández lo hicieron convencidos de que su testimonio servirá en la búsqueda de memoria, verdad y justicia, que luego de 37 años finalmente está por llegar./AC-FACSO