VIII ENCUENTRO FEDERAL DE DDHH
La memoria como resistencia: 41 años de la vuelta a la democracia
En un contexto de crecientes discursos negacionistas y ataques a las políticas de memoria, verdad y justicia, se llevó a cabo en Buenos Aires el encuentro que puso en el centro del debate la necesidad de fortalecer la memoria histórica como un ejercicio continuo de resistencia.
Victoria Brauton - Agencia Comunica
10/12/2024
El encuentro realizado el sábado 7 de diciembre, organizado por la Red Federal de Derechos Humanos, cuya sede fue en la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) contó con 13 comisiones que se sucedieron en simultáneo con el objetivo de poner en común experiencias sobre diferentes temáticas en clave de derechos humanos: violencia institucional, espacios y archivos de memoria, los juicios de lesa humanidad, salud mental, diversidades, pueblos originarios, discapacidad, identidad, y comunicación. Entre discursos, se destacó la importancia de la resistencia como herramienta para enfrentar las injusticias, la memoria como guía para el presente y la unidad como motor del cambio.
El cierre de la jornada fue llevado adelante por la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto; el diputado Máximo Kirchner; el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel; el rector de la UNDAV, Jorge Calzoni; el Secretario de Derechos Humanos de la provincia de La Rioja, “Pocho” Brizuela; el ex secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla Corti; y el militante de HIJOS Regional Chaco, Santiago Osuna.
Uno de los momentos más emotivos fue el reconocimiento a Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz, por su trayectoria en defensa de los derechos humanos. "En los peores momentos, Adolfo arriesgó su vida para proteger a quienes sufrían la violencia de la dictadura", afirmó Pietragalla Corti, destacando el ejemplo de lucha y compromiso del activista.
El evento también abordó la necesidad de repensar el sistema democrático del país. Se cuestionó el modelo de democracia delegativa, donde, según los asistentes, el pueblo pierde poder una vez emitido su voto. "Es urgente avanzar hacia una democracia participativa, donde las herramientas constitucionales y políticas permitan al pueblo limitar los abusos del poder", plantearon.
La desigualdad social fue otro eje central. Las cifras alarmantes de pobreza, hambre infantil y desamparo fueron denunciadas como síntomas de un modelo económico que prioriza intereses extranjeros y concentra recursos en pocas manos. "En un país productor de alimentos, no puede ser que millones de niños se acuesten sin comer", lamentaron los expositores, haciendo un llamado a la solidaridad y la redistribución.
En un mensaje cargado de autocrítica, se pidió reflexionar sobre las causas que llevaron al país a su situación actual. Sin embargo, se subrayó que la amargura no puede ser el motor de la militancia. "Un militante debe tener la alegría de la lucha, porque solo así se puede construir", afirmó Brizuela.
El cierre del encuentro estuvo marcado por la participación de Máximo Kirchner, quien fue reconocido por su compromiso territorial y su mirada crítica frente a acuerdos internacionales como el del Fondo Monetario Internacional. "Hoy más que nunca necesitamos militantes comprometidos en cada rincón del país, preocupados por lo que pasa con nuestros vecinos y vecinas", enfatizó.
El VIII Encuentro Federal de Derechos Humanos dejó una consigna clara: para enfrentar los desafíos del presente, se necesita unidad en la diversidad, memoria activa y una democracia más participativa. Desde la resistencia, los participantes reafirmaron su compromiso con la construcción de una Argentina más justa e inclusiva.
Durante el homenaje, los asistentes recordaron no solo el trabajo de las Abuelas y Madres, sino también la dimensión económica y política de la última dictadura cívico-militar. “No solo desaparecieron, torturaron y apropiaron niños, también saquearon el país, destruyeron sus estructuras productivas y comenzaron un ciclo de endeudamiento que aún pesa sobre nosotros”, afirmó otro de los oradores, haciendo un llamado a no olvidar el contexto histórico en el que se cometieron estos crímenes.
El evento también fue un espacio para la autocrítica y la reafirmación de los valores democráticos. “Hay que seguir luchando, no solo por los derechos humanos, sino también en el ámbito de la educación, el trabajo y la cultura. Solo así aseguraremos que quien llegue a la Casa Rosada encuentre un país con bases sólidas para avanzar”, destacó al cierre del acto, en un mensaje esperanzador.
Homenaje a Estela
El homenaje a Estela de Carlotto fue un recordatorio del impacto de su trabajo y de la necesidad de mantener viva la memoria. Su legado, junto al de las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, sigue siendo un faro para la construcción de un país más justo.
En un emotivo relato, Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, compartió su historia de resistencia y dolor, marcada por la desaparición de su hija Laura y la lucha incansable por encontrar a los nietos apropiados durante la dictadura cívico-militar que azotó Argentina en los años 70. A sus 94 años, Estela sigue activa en su misión de mantener viva la memoria histórica y seguir buscando a los desaparecidos.
"Son 47 años de lucha, es mucho", expresó Carlotto, refiriéndose a la larga y difícil trayectoria de Abuelas de Plaza de Mayo. "Al principio éramos de una manera y hoy somos de otra, porque tuvimos que aprender. Cada una de nosotras estaba sufriendo la ausencia de nuestros hijos, con el dolor de no saber dónde estaban, en muchos casos, hasta encontrar el cadáver."
A lo largo de su intervención, Estela relató cómo su vida cambió radicalmente cuando su esposo fue secuestrado y luego falleció como consecuencia de las torturas que sufrió. También recordó las angustiosas búsquedas de su hija Laura y su yerno, quienes fueron víctimas de la represión.
"De ser directora de escuela, pasé a ser una madre con un dolor tremendo", explicó Carlotto, quien también destacó la importancia de la lucha constante por la justicia. "Falta mucho por hacer. El gobierno actual nos está llevando a una situación insostenible, pero nuestra lucha continúa."
A pesar de las dificultades, Estela mantiene viva la esperanza. "Aunque no puedo viajar como antes, me siento joven, con ganas de seguir trabajando", afirmó, y resaltó el papel crucial de las nuevas generaciones, sus nietos, que ahora asumen roles de liderazgo en la organización.
Estela también expresó su preocupación por la situación política actual en Argentina, refiriéndose a las políticas del gobierno como una forma de dictadura, recordando las mismas prácticas de opresión que vivieron durante la dictadura de los años 70. "Nos están humillando permanentemente", lamentó, y pidió unidad y resistencia frente a los desafíos del presente.
La historia de Estela de Carlotto es un ejemplo de valentía, resistencia y amor por la memoria colectiva de Argentina. A pesar de las tragedias, su lucha incansable y su incuestionable dignidad siguen siendo una fuente de inspiración para las nuevas generaciones.
"Nosotras no queremos violencia, pero tenemos que defender la verdad, la memoria y la justicia. La lucha sigue", concluyó Estela de Carlotto, con la firme convicción de que, a pesar de los obstáculos, la búsqueda por la justicia y la reparación no cesará.