Notas

La prevención y promoción de la salud en Mapis, de la mano de la Universidad

El trabajo en equipo entre docentes y estudiantes avanzados de las carreras de Medicina y Antropología generó varios talleres sobre temáticas de salud en Mapis. También identificaron las principales problemáticas de la zona rural más alejada de Olavarría.

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El trabajo en equipo dio muy buenos resultados. 

19/08/2024

A 130 km del centro de Olavarría, en medio del campo y con escasos servicios, el paraje de Mapis tiene sus particularidades, demandas e inquietudes. Es el pueblo más lejano de la ciudad de Olavarría y hasta allí decidieron llegar estudiantes avanzados y docentes de las carreras de Licenciatura en Antropología (Facultad de Ciencias Sociales) y de Medicina (Facultad de Ciencias de la Salud). ¿Para qué? La idea surgió en el marco de la cátedra Antropología Rural (Lic. en Antropología, 4to año) y se concretó gracias al trabajo que se viene desarrollando en forma conjunta con estudiantes de Medicina.
El Lic. Alvaro Flores, docente de la cátedra, contó que “sabía que la escuela de Mapis tiene ciertas particularidades porque es la más aislada del partido de Olavarría y eso repercute en varias problemáticas y genera una determinada dinámica de vida”.
Por eso, gracias a un Proyecto de Extensión financiado por la Unicen, se puso en marcha el plan “Promoción y Prevención de la Salud Rural”, que derivó en la concreción de talleres donde se brindó información de diverso tipo. Pero sobre todo, atendiendo las demandas y necesidades de los propios pobladores que fueron dialogando con quienes llegaron a la zona rural.
“A veces uno se pregunta dónde está el Estado en estos lugares y uno de los espacios donde se hace presente es en los docentes de la escuela. La gente de la zona tiene condiciones de vida específicas, ya que por ejemplo viven a 10 o 20 kilómetros entre sí, no hay urbanización y lo que congrega es la escuela y el club que se está recuperando”, explicó Flores.
Lo primero que se hizo al llegar fue “informarnos sobre las características de la población (vive mucha gente joven) y cómo viven”. Esto mostró que hay acceso parcial a Internet, no hay señal de teléfono, no hay luz eléctrica salvo que haya un generador o paneles solares y no hay servicio de agua potable. Frente a tantas limitaciones, la Universidad llegó al territorio para poner en marcha talleres de cuidado de la salud.

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La alimentación saludable, puesta en práctica.

Uno de ellos fue el Taller de Primeros Auxilios, brindado junto a Bomberos y el Municipio. “El protagonismo es de la gente, la idea es que haya participación y que podamos conocer sus necesidades. Por ejemplo suelen producirse accidentes vinculados a patadas de caballos, cortes con alambrado, cuchillos, algunas quemaduras”.
Por eso enseñaron sobre el armado y correcto uso del botiquín, mientras se trabajaba con diferentes representaciones sobre la salud y la enfermedad. Allí se pudieron desmitificar algunos conceptos equivocados y se pudo enseñar a limpiar una herida, con nociones claras, directas y fáciles de aplicar.
“Otra de las ideas que la gente tenía era sobre la realización de torniquetes”, agregó el Lic. Flores. “El médico que viaja desde Recalde una vez por semana explicó en qué situaciones concretas (muy pocas) se debe hacer, ya que de lo contrario genera necrosis de los tejidos”.
El RCP fue otro de los talleres que contó con gran aceptación de los vecinos y vecinas, ya que ante una emergencia es central saber hacer la maniobra hasta que llegue una ambulancia. Aquí surgió una nueva demanda, vinculada a la necesidad de marcar las tranqueras de cada campo. “Ante una emergencia, ¿cómo encuentran los bomberos o las ambulancias las tranqueras? Entre los vecinos surgió la idea de contar con un mapa y marcar cada tranquera con un número para que resulte visible”, explicó el docente.

Necesidades esenciales

Pero sin dudas la mayor necesidad es el agua potable, que no existe en la zona y que es indispensable para el desarrollo sano de la vida de los lugareños. Por otro lado, la escuela necesita contar con un generador eléctrico a combustible (el que tienen se rompió) para poder desarrollar las actividades escolares (cañón, computadora, dispositivo musical), contar con una heladera para los alimentos de las docentes que viven en el lugar y además para usar el servicio de internet satelital que cuenta la institución educativa.

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Docentes, estudiantes, vecinos y vecinas, aprendiendo juntos después de uno de los talleres.

Al hacer una evaluación del trabajo realizado, el Lic. Flores analizó que “nosotros también aprendimos, porque conocimos qué demandas tienen desde su mirada. Nosotros fuimos con nuestra mirada pero el escuchar hizo que se generaran otras demandas y talleres. Es central la no descalificación del otro, porque eso implica rechazo y es un camino que asegura fracaso terapéutico. Lo mejor es trabajar en función de la seguridad del otro”.
El próximo paso es mirar hacia octubre, cuando se lleve a cabo una jornada de salud de la mujer. El Municipio hará paps y control ginecológico y se abordarán temáticas de derechos del paciente (vínculo con el personal y sistema de salud, consentimiento informado, confidencialidad). “Son temas relevantes para empoderar al paciente”, reflexionó el docente.
En todo el proceso, el trabajo en equipo resultó clave. “Estar desde ambas facultades fue importante, porque desde lo interdisciplinario se llega a dar respuestas a una población determinada. Lo rescato con orgullo y veo los resultados positivos en el hecho de trabajar con personas de distintas carreras porque nos nutrimos y nos destacaron ser cercanos a ellos”, concluyó el docente e investigador Alvaro Flores.