Notas

Bombera voluntaria y chofer de primera dotación

Mariana Brun: “Si tomo algo como reto, es mi propio género”


Desafía barreras propias y miradas ajenas desde que eligio seguir el camino de su padre hace 24 años. En esta entrevista, Mariana cuenta cómo conviven su rol de mamá, de esposa y de bombera. Y cómo vive el hecho de ser mujer en un ambiente de hombres.

bombera1


Josefina Arouxet (*)


“Hay algo interno tuyo que se despierta o no se despierta. Y bueno, se me despertó a mí. Por ahí mi papá, en su pensar, hubiese querido que sea mi hermano. Mariana Brun tiene 46 años y es bombera voluntaria hace 24. El origen de su vocación se remite a que su papá fue bombero, lo que llevó a que siempre esté en contacto con ese ambiente. En ese contexto decidió lo que le gustaría hacer, pero todavía no era momento: “era en una época en la que ni siquiera se pensaba que una mujer podía ser bombero”. Por un tiempo, la idea se fue de su mente.

Mariana me abre las puertas de su cálida casa en una fría mañana de otoño. Con mates de por medio cuenta su historia como bombera voluntaria, la razón de su vocación y el reto de ser mujer en su rubro.

Además de su vínculo con la profesión, asegura que obviamente tiene que existir una vocación. Su hermano, quien vivió las mismas situaciones y cercanía, nunca tuvo ese interés. Años después, las ganas no se habían ido, y ya había mujeres dentro del plantel. Ella se encontraba cursando en la facultad, y con una buena organización, decidió anotarse para ser bombera (se realiza un curso que estimativamente dura entre 6 meses y un año).

“Para ser bombera necesitás una personalidad medio especial”, asegura Mariana.

En su casa son dos bomberos: ella y su esposo. Y a pesar de que siempre vivieron a 3 cuadras, se conocieron en el cuartel. Tiempo después se casaron y tuvieron dos hijos. “Mi casa está siempre preparada para salir corriendo, para la emergencia”, comenta Mariana. Recuerda que la última grande “fue un domingo que estábamos almorzando en familia y con amigos, un domingo normal y tranquilo. Nosotros no habíamos terminado de comer y volvimos a las 9 de la noche”.

Ante semejante incertidumbre, poseen una buena organización familiar y tienen tres planes. El plan A es la vida cotidiana: si reciben una llamada del Cuartel, recurre uno de los dos, depende de a quién se necesite. En los casos del B y el C, cuando hay una emergencia más grande y tienen que ir los dos, dejan a sus hijos (de 8 y 13 años) a cargo de su mamá o suegro, ya que uno de ellos puede llevarlos a sus actividades caminando y el otro en auto a lugares más lejos. “No cometemos incoherencias, sabemos que nuestros hijos están primero, no hacemos locuras”, sentencia.


Por otra parte, Mariana siempre tuvo un interés por la mecánica. En sus primeros años en el Cuartel solía lavar los camiones, pero en ese entonces no estaba habilitada para moverlos. Entonces se capacitó y hace menos de un año se convirtió en chofer de emergencia: “lo más difícil, a veces, es la bomba, dar agua, hacer un abastecimiento con otro camión, operativamente tiene muchas más funciones cuando está parado. Es grande, hay que acostumbrarse a otras dimensiones, llevás agua y no es algo estático, pero a cualquiera que le guste, ponga dedicación y cuide al camión, lo puede hacer”.

bombera2Gentileza Mariana Brun

-¿Cuál es el mayor reto de ser bombera?
-Yo si tomo algo como reto, es mi propio género. Ya fue para mí un reto romper un montón de barreras mías, de cómo estaba criada, lo escuchaba a mi papá: “la mujer no puede ser bombero”. Y ése fue mi mayor reto. Romper con mis propias barreras y demostrarle a los demás que no quiero ser una mujer haciendo tarea de hombre, quiero ser una mujer haciendo tarea de mujer, pero sirviendo de la misma manera en un trabajo conjunto para la sociedad. No es que uno busca hacer el trabajo del otro. Ese fue mi mayor reto, primero conmigo, después con el exterior.


-¿Fue una problemática ser mujer en ese contexto?
-Entiendo que es mucho más difícil, también creo que hay un obstáculo de una, necesitás tener una personalidad medio especial, yo jamás sentí que ese no era mi lugar. Sí pasa, y me sigue pasando, que en Bomberos siguen entrando camadas nuevas y que, al bombero viejo, yo ya no le demuestro qué es lo que soy, cómo hago las cosas, ya está, me naturalizó. Pero cada camada de bomberos nuevos que entran es como que tenés que estar demostrando: “no, no, yo puedo agarrar una pala”. Algo que por ahí es un hilo muy finito que divide caballerosidad de menospreciar el género, no lo sé. Yo quiero creer que eso de que por ahí a veces no te dejan hacer las cosas es caballerosidad.

Mariana destaca que “ahora están incursionando las mujeres, pero siempre somos menos”.


-¿Cuándo ingresaste fue una dificultad?
-Siempre la mujer es un plus más, siempre te sentís más observada, pero tanto dentro como fuera de la institución, cuando camino por la calle con algo de bomberos, siempre tienden a mirar más a la mujer. Cuando voy a un incendio o accidente, siento más que las miradas del exterior están hacia mí y no hacia mis compañeros. Ahora en esta faceta que soy chofer también pasa lo mismo, miran dos veces cuando ven que es la mujer la que es chofer, siempre cargas con la mirada del otro, no solo dentro de bomberos, sino es un todo.


-¿Crees que puede ser por un prejuicio?
-Ya se acostumbrarán, si es prejuicio que lo manejen en el psicólogo, yo sigo por el camino que me gusta hacer.

“Yo entendí que cuando entré a Bomberos estaba entrando a un lugar de hombres”.


-¿Personalmente nunca te influyó?
-No, no, yo entendí que cuando entré a Bomberos estaba entrando a un lugar de hombres, y creo que hay un respeto mutuo. Hay que entender que es un lugar de hombres, que ahora están incursionando las mujeres, pero siempre somos menos. Ahora somos 120 contra 7, y tiene que haber un cuidado mutuo.

-¿Le recomendarías a otra mujer tu trabajo?
-Si, pero si vas una vez, te anotás y después te quedás sentada porque nunca te llamaron…Tenés que insistir, pelear, hacer, no hay mayor acto de rebeldía que la presencia misma. Yo le recomiendo a todas las que quieran serlo, a todas las mujeres, que luchen por cualquier sueño que tengan. Hoy creo que la mujer no tiene techo, o no debería tenerlo. Y si lo tenés, sé vos la
protagonista de tu historia para romper ese techo.

¿
-¿Fue una dificultad que los bomberos sean voluntarios a la hora de elegir serlo?
-No, para nada. Yo creo que el voluntariado hace que Bomberos sea lo que es hoy, y que signifique lo que significa para la gente. El otro día veía en el noticiero que decía que una de las profesiones más queribles y más honestas para la gente es el bombero. Y eso lo envuelve el voluntariado porque, si bien es verdad que nosotros después de 25 años accedemos a un subsidio que nos da el Estado, que es como una jubilación, nadie hace 25 años de servicio activo para recibir ese premio. Entonces, en el medio a vos te tiene que gustar, tenés que tener pasión, tenés que tener amor por la camiseta que vestís, por el uniforme que vestís, y
eso hace que hoy Bomberos tenga el prestigio que tiene.


-¿Qué cualidad tiene que tener una persona para ser bombero/a?
-Yo creo que somos medios raros, esa es la realidad. Y hoy, como están las cosas, más raros somos. Hoy el mundo se divide por dinero. Nosotros perdemos mucho tiempo, hoy el tiempo es dinero y dentro de todo eso, nosotros estamos felices. Hay veces que, en los incendios de verano, pienso que podría estar fresquita en la pileta de mi casa. Estamos tragando humo, y aun así, somos felices haciendo eso, y por ahí nuestra felicidad es eso, un che no doy más me estoy ahogando, mójame un poco’, y jugar al carnaval. Entonces, evidentemente somos una raza medio rara, lo cual no significa que haya muchos raros en el mundo que quieran hacerlo. Un dicho dice que los bomberos, de donde todos salen corriendo, nosotros entramos. Yo no me creo héroe de nada, pero si es verdad que vamos en contramano, y más en esta sociedad, donde la gente quiere más dinero, donde la gente está buscando que más hacer, que se olvidan de la empatía, creo que nosotros estamos en contramano de la gente, pero bueno, está más bueno, que haya más locos. Y también es importante el círculo de contención. Es obvio que lo necesitás, del primero al último, la familia pasa a ser bombero.


(*) Trabajo realizado para cátedra Redacción periodística I, de la carrera de Periodismo de la
Facso