El director de “Yo nena, yo princesa”, la primera película donde una niña trans es protagonista
“No hay nada más importante en la vida individual y colectiva que la expresión de la identidad”
"La película busca abrazar las diferencias y trae consigo un lenguaje de amor”, asegura el director de la película. En diálogo con esta Agencia, Federico Palazzo cuenta cómo se realizó el film, cuánto conoció de esta historia real, analiza la identidad en las infancias y enfatiza que “la niñez no puede continuar siendo maltratada”.
Camila Ale - Agencia Comunica
27/09/2021
A finales de octubre se estrena una película repleta de emociones, aprendizajes, amor y respeto. “Yo nena, yo princesa”, basada en el libro de Gabriela Mansilla (Presidenta de ACIL) relata la historia de su hija Luana, la primera niña trans que obtuvo su DNI sin necesidad de un dictamen médico ni judicial. Es la primera película del mundo que aborda la temática de la niñez trans y además, es pionera en elegir como protagonista a una niña trans.
“La gente que vaya al cine se va a encontrar con una historia sobre una familia que acompañó, una madre que tuvo el verdadero talento de saber escuchar lo que une hije viene a decirnos y sobre una niña que sostuvo con valentía lo que su autopercepción le gritaba en el medio de su alma con tan solo dos años” sintetiza el director, Federico Palazzo, quien con más de 35 años de trayectoria, no dudó en conocer y comprometerse con las infancias trans, con las infancias libres.
En diálogo con esta Agencia, el director añade que esta historia es singular porque “ la mayoría de las personas nos auto percibimos entre los cuatro y cinco años de edad, momento en el podemos empezar a entender en donde nos sentimos reflejados”. Sin embargo en Luana -que tiene un hermano mellizo- esa voz interior fue mucho antes, “y enfrentó con valentía tratamientos médicos que iban en contra” es decir, “transitaron el error, el horror, el dolor y varias experiencias de atención psicológica”, aclara Palazzo.
Por otra parte, “es el elenco más importante con el que me ha tocado trabajar, es de excepción” encabezado por Eleonora Wexler, Juan Palomino e Isabella G. C. Esta película fue declarada de interés cultural por varios organismos tanto gubernamentales como no gubernamentales y también fue declarada apta para todo público.
Se llevó a cabo en 5 semanas entre abril y mayo de este año, se unieron 6 casas productoras y “con valentía pudieron afrontar los desafíos, primero de la pandemia; en segundo lugar, trabajar con niñez en prácticamente todas las escenas, que desde el punto de vista jurídico tenemos que proteger, con lo cual había muy pocas horas por dia que les niñes podían asistir”. Por último, “con todo el equipo estuvimos sumergidos en una emoción constante por entender a una niña que estaba transitando lo que había transitado la protagonista real”, que hoy tiene 13 años, relata Federico Palazzo.
Desde los ojos del director
“Es tema sensible, hay mucha gente que no quiere saber, hay mucha gente que no sabe y ambas cosas son abrazadas también en la película porque nos puede suceder a cualquier” explica Palazzo, y agrega que “la pregunta tácita que hace esta producción es ¿qué harías si tu hija o tu hijo fuera trans, cómo resuelves lo queda por delante en sus vidas?”.
Federico Palazzo reconoce que “hay que poner el foco en la vida de la niñez, “Yo nena, yo princesa” también es el respeto por tanta gente muerta por ser distinta. La expectativa de vida de una persona trans es de 35 años y solo el 1% llega a la adultez. Mueren sin poder atenderse médicamente, sin poder estudiar, sin poder trabajar, prostituyéndose o siendo víctima de trans femicidios”, explica e informa de manera muy precisa.
No es la primera vez que está comprometido como director o escritor ya que ha realizado documentales sobre derechos humanos y la inclusión racial. Sin embargo, es una experiencia singular en Argentina y en el mundo, es algo que está pasando, donde las leyes de identidad de género se están sancionando, “estamos frente a una oleada sociológica que está diciendo que la condición humana no es binaria” distingue Palazzo. Es por ello que medita que “el camino que queda por delante es una tarea cultural y la ficción es una herramienta de cambio”.
Esta película, entonces, tiene mucho para decir, pero sobre todo muestra a “una niña y su madre que pudieron encontrar un poco de sosiego para que sea respetado su derecho a la identidad”. Nada más ni nada menos. Para Palazzo, no hay nada más importante en la vida individual y colectiva que la expresión de la identidad.
“Para mi que soy un varón cis género heterosexual fue un viaje al alma conocer esta historia, gracias a la generocidad de Gabriela Mansilla por abrirme las puertas de su casa y de su vida, para poder entender la sensibilidad de lo que yo quería enfrentar con esta producción. Aprendí mucho” reconoce Federico Palazzo, director, escritor, guionista y profesor.
En definitiva, “ lo que me ha dejado es una enorme alegría, poder profundizar en el concepto y en la idea del respeto, la condición humana necesita que seamos más justos con las diferencias” reflexiona Palazzo, y concluye que “la película sin duda tiene como objetivo hacer un aporte en la construcción de una nueva manera de respetar que nos una más”. (Agencia Comunica - FACSO)