Presupuesto 2026
El mantenimiento de las Escuelas Técnicas también corre riesgo
Las escuelas técnicas no recibirían el dinero suficiente en el 2026 para la compra de equipamiento, insumos y herramientas. El Poder Ejecutivo nacional pretende derogar el artículo 52 de la ley 26.058, que da financiamiento a esta rama. La preocupación crece en la comunidad educativa.

Sin financiamiento, los talleres se apagan.
La situación de la escuelas técnicas es preocupante para la comunidad educativa, debido a la derogación del artículo 52 del presupuesto 2026 —que está siendo trabajado en el Congreso de la Nación—, lo que significa que las instituciones no tendrían los fondos para invertir en equipamientos y herramientas para la enseñanza de los estudiantes.
La ley 26.058 tiene por objeto regular y ordenar la Educación Técnico Profesional en el nivel medio y superior no universitario del Sistema Educativo Nacional y la Formación Profesional. La misma rige en el país desde 2005 y los fondos comenzaron a llegar a las instituciones en 2006, lo que permitió que escuelas de bajo recursos puedan tener los insumos necesarios para las prácticas.
En la provincia de Buenos Aires, mil cien instituciones dependen de este financiamiento para sostener prácticas y proyectos que forman a futuros trabajadores que se adaptarán a las necesidades del sector productivo. En Olavarría son once las instituciones que reciben este fondo, las cuales también se verían perjudicadas.
Olavarría fue sede la semana pasada de la jornada regional “Repensando la Educación Técnica Profesional 2026-2027”, donde participaron distintas escuelas. El objetivo de la reunión se detuvo en el análisis del funcionamiento actual del sistema, para dar cuenta del riesgo que están corriendo los fondos que destina Nación a la Educación Técnico Profesional.
Docentes, directores, jefes de áreas, profesores de taller y estudiantes del ciclo superior hicieron hincapié sobre una realidad que atraviesa a todas las instituciones: el artículo 52, enviado por el Poder Ejecutivo —el cual fue elaborado por el Ministerio de Economía— que refiere a la derogación de los fondos y el financiamiento destinado (compuestos por el 0,2% de los ingresos corrientes nacionales), en particular, a la educación técnico profesional.
En diálogo con Agencia Comunica, Diego Cunioli —referente de la ETP de la Región 25— explicó que “volveríamos a retroceder y quedar otra vez en desfasaje con respecto del sector socio productivo”.
Este fondo que es utilizado por las escuelas técnicas, agrarias y de formación profesional se destina directamente al equipamiento y la compra de herramientas así como de innovaciones tecnológicas que sirvan para la enseñanza situada. Es decir, prácticas reales en talleres donde se experimentan las condiciones del mundo productivo.
Sin esta partida, la formación técnica corre el riesgo de volverse teórica y despegada de la realidad laboral. “El retroceso significa tratar de explicarle a un estudiante las nuevas tecnologías a través de un PowerPoint o a través de imágenes sin que pueda trabajar con ese equipamiento o ser utilizado”, detalló el referente de la Región 25.
Cunioli también señaló que la amenaza al financiamiento no es nada nuevo. Aunque la Ley Nacional —promulgada en septiembre del 2005— de las ETP establece que se debe de destinar el 0,2% del presupuesto, las instituciones técnicas “en el período 2015-2019 no se llegó a ese 0,2%, se estuvo cerca del 0,1%”. “En lo que vamos del 2025 ni siquiera estamos llegando al 0,1% del presupuesto nacional” , cuenta el referente.
Sin recursos, la enseñanza retrocede
Esta situación afecta de manera directa a la capacidad de los estudiantes para aprender haciendo, utilizando las herramientas como las nuevas tecnologías que se van a encontrar en el mundo laboral. La falta de financiamiento no solo compromete la compra de insumos y equipamiento en las instituciones, sino también el desarrollo de proyectos prácticos y la actualización de los talleres, elementos esenciales para esta educación profesional de calidad.
Para Cunioli, la derogación del artículo 52 no solo es un número que afecta el presupuesto 2026: representa un retroceso histórico que devuelve a las escuelas técnicas a condiciones donde los docentes debían de aportar sus propias herramientas y los alumnos sólo podía acceder a una enseñanza teórica.
En la década del 90 “las clases se daban en una carpintería donde explicábamos cómo se usa un martillo, un serrucho y demás. Hoy en día, los chicos realizan sus propios proyectos; un ejemplo de Olavarría son las dos escuelas técnicas que, durante 4 años, trabajaron en conjunto y armaron un vehículo eléctrico desde cero” puntualiza Diego.
Por eso, la comunidad educativa hace un llamado a las autoridades nacionales: garantizar los fondos que permiten enseñar no se trata de un gasto más, sino preservar el futuro de la educación técnico profesional.