El Colegio de Psicólogos defiende la atención profesional y la formación disciplinar
Terapias alternativas: “No es terapia, es una estafa”
Constelaciones familiares, vidas pasadas, coaching y varias terapias alternativas se convirtieron en el foco de las denuncias del Colegio de Psicólogos del Distrito VIII. Desde la entidad alertan a la población sobre la importancia del cuidado responsable de la salud mental.
Camila Sosa - Agencia Comunica
10/07/2025
“Esto no es terapia, es una estafa”. La afirmación no proviene de un ciudadano improvisado, ni de un usuario decepcionado, la sentencia proviene de Ángel Orbea, presidente del Colegio de Psicólogos del Distrito VIII, con sede en Azul y jurisdicción en gran parte del centro bonaerense. Su voz se alza con claridad frente a la proliferación de las llamadas “terapias alternativas”, a las que no duda de calificar como ejercicios ilegales que atentan contra la salud pública y la ética profesional.
El colegio emitió recientemente un comunicado donde denunció formalmente la expansión de estas prácticas: constelaciones familiares, terapias de vidas pasadas, intervenciones energéticas y otras formas de curanderismo moderno que se multiplican en redes sociales y espacios no regulados, prometiendo bienestar y soluciones inmediatas a problemáticas que, en el campo de la psicología, requieren años de formación, experiencia y contenido institucional.
Ángel Orbea, actual director del Colegio de Psicología del Distrito 8 (Foto del Eco de Tandil)
“Nosotros para ejercer como psicólogos cursamos casi cuarenta materias, hacemos postgrados, residencias, prácticas, nos matriculamos. En cambio, estas ofertas se venden como si fueran paquetes de galletitas, y ni siquiera tienen un control de calidad, ni formación certificada, ni títulos validados, ni evaluaciones que certifiquen sus terapias.” explica Orbea.
Según la Ley 10.306, que rige el ejercicio profesional de la psicología en la provincia de Buenos Aires, solo pueden ejercer quienes estén debidamente matriculados. La normativa establece que cualquier práctica que intervenga en la salud mental sin aval científico y académico, se considera ilegal. Y ahí es donde radica el eje del conflicto, estas terapias se presentan como soluciones mágicas, sin sustento empírico ni supervisión institucional.
El presidente del Colegio no se quedó solo en la crítica superficial, reconoce que hay una dimensión subjetiva ineludible en toda práctica terapéutica “trabajamos con la palabra, y la palabra siempre es equívoca” pero insiste en que esa ambigüedad debe estar contenida en un marco ético, técnico y legal. “Un psicólogo no puede prometer salud. A lo sumo, puede acompañar en el proceso. Estas terapias, a diferencia, prometen felicidad, armonía, sanación, eso no es psicología, eso es curanderismo”, afirma.
La preocupación no es solo gremial. En Tandil, ciudad donde reside y trabaja Orbe, ya se han reportado situaciones clínicas graves vinculadas a estos abordajes. “Nos ha pasado de recibir en guardia a personas en estado de agitación, con síntomas graves, que decían estar en tratamiento ¿Qué tratamiento? Constelaciones familiares. No podemos permitir que se juegue con la salud mental de la gente”.
Flyer de campaña de concientiación a la comunidad por parte del Colegio de Psicólogos sobre el riesgo de estas prácticas.
Además del impacto individual, señala un riesgo aún mayor, el descrédito que estas estafas generan hacia toda la práctica terapéutica. “Cuando alguien es estafado en una de estas terapias, después no vuelve a consultar ni a un psicólogo, ni a un médico, ni a nadie. Se cura solo o se aísla, y eso es peligroso”.
La denuncia del Colegio de Psicólogos también se da en un contexto político más amplio, Orbea advierte sobre los intentos del Gobierno Nacional de avanzar en una desregulación del sistema de colegiaturas profesionales “si se elimina la obligatoriedad de matriculación, se genera un estado anómico. El campo de la salud necesita regulación, no se puede tratar a la salud como si fuera un bien de consumo”.
La conversación deriva en un diagnóstico profundo: la salud mental es, según Orbea, un terreno donde “todos opinan y pocos saben realmente”. Y esa exposición permanente, multiplicada por los medios y las redes, agravan el problema. “De minería nadie opina, de arquitectura tampoco. Ah, pero de salud mental opina todo el mundo: docentes, periodistas, influencers. No está mal opinar, pero hay que entender que se trata de un campo complejo, donde la palabra puede curar o puede dañar”.
El Colegio de Psicólogos del Distrito VIII ya ha avanzado con denuncias penales, en algunos casos, incluyendo allanamientos y condenas a profesionales que cruzaron los límites de la legalidad. Pero también reconoce que su capacidad de fiscalización es limitada frente al ritmo de crecimiento de estas estafas, “tendríamos que tener tres bufetes de abogados por pueblo para ir detrás de cada uno de los casos”, comenta Orbea.
La entrevista concluye con una reflexión que interpela no sólo a quienes ejercer la psicología, sino también a quienes están en proceso de formación profesional. “Hay muchos campos que no tiene colegio, ni ley, sin ir muy lejos, comunicación es un claro ejemplo ¿Y cuál es la situación laboral? Es muy complicada. Las profesiones reguladas no están exentas de problemas, pero tienen una herramienta de defensa y hoy, más que nunca, necesitamos sostener esas herramientas”.
En tiempos donde lo terapéutico se confunde con el coaching, el marketing emocional y los discursos motivacionales, el llamado a defender la clínica, con sus limitaciones, su ética y su complejidad, resuena con urgencia. Porque la salud mental no puede ser una promesa vacía, porque no puede ser un producto en góndola, ni un eslogan. Es algo sobre lo que hay que preocuparse y ser absolutamente responsables.