Docentes universitarios bajo la línea de pobreza

Pobres universitarios: los salarios siguen perdiendo

Los salarios y becas de docentes, no docentes y estudiantes no paran de perder valor adquisitivo. El panorama no arroja futuros esperanzadores y es en ese contexto de incertidumbre en el que los profesionales deben trabajar.

Lucas Woldryk - Agencia Comunica

29/11/2024

El 2024 está siendo un año complicado para las universidades públicas en nuestro país, desde los vouchers y el incentivo a una educación privada hasta las auditorias y el mito de los “curros” en las casas de estudio. Agencia Comunica, como medio público de la Facultad de Ciencias Sociales, se ha encargado a lo largo del año de desmentir este tipo de mitos y visibilizar los problemas que atraviesan las universidades, sin embargo el murmullo y las dudas hacia las universidades no cesan.

En este contexto, las tres facultades de UNICEN en Olavarría se encargaron de realizar actividades de visibilización y lucha ante el ataque y la desinformación por parte del oficialismo. En esta línea, se conformó un grupo de comunicación encargado de producir y difundir información clara y de primera mano acerca de cómo afecta el desfinanciamiento universitario en los bolsillos de docentes, no docentes y becarios.

Antes de hablar de los salarios docentes, resulta pertinente mencionar lo que necesita un hogar para no ser pobre o indigente. Todo aquel que esté por debajo de un salario de $964.620 se encuentra bajo la línea de pobreza, mientras que para no ser indigente se necesita un salario de $428.720.

Teniendo en cuenta estos números, sorprende que los salarios de los docentes, tildados de “chorros”, “parásitos” y “vagos” por el propio Presidente de la Nación, se encuentren por debajo de la línea de pobreza.

Para tomar dimensión, un docente con dedicación exclusiva, que requiere de 40 horas semanales de trabajo, (divididas en 10 horas de docencia, 10 horas de extensión y 20 horas de investigación) cobra un salario de $653.685 contando 5 años de antigüedad, que se sabe que no todos tienen. Un docente universitario con dedicación exclusiva, que cuenta con 5 años de antigüedad y es evaluado cada dos años se encuentra por debajo de la línea de pobreza. Respecto a los demás cargos docentes, de acá para abajo.

Para llegar a estos cargos se requiere de una amplia formación, ya que se accede al mismo por concurso y para esto es imprescindible la formación. Como requisito mínimo el aspirante debe poseer un título de grado universitario; en segunda instancia, y a partir de acá no obligatorio, contar con un título de posgrado, el cual su arancel anual total puede llegar a ser de $6.811.200 según la Facultad de Ingeniería de la UBA (FI-UBA).

Agregado a esto, los profesionales requieren de una formación continua específica para desempeñarse como docentes, esto puede llegar a tener un arancel total de hasta $150.000 (SAM-CONAMET 2024). Entre otros gastos de formación, encontramos las publicaciones en revistas o libros, como también las presentaciones en congresos. En el caso de los congresos, los costos varían entre inscripción, viaje y viáticos, pero pueden llegar a ser en su mayoría mayores a $300.000.

Para el resto de cargos docentes, los requisitos de formación son similares, pero los ingresos mucho menores. Un docente con dedicación semiexclusiva requiere de 20 horas semanales de trabajo, distribuidas en 10 horas de docencia y 10 horas de investigación. El salario correspondiente para este cargo es de $334.526 mensuales.

Por otro lado, un docente con dedicación simple con 10 horas de trabajo por semana, gana un total de $119.388.

Los números hablan, muestran, denuncian. Solo hay que conocerlos y leerlos. Verbos que se usan mucho en el sistema universitario argentino. Y quizás eso sea lo que verdaderamente molesta.