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La Escuela 13 renueva el sueño del edificio propio con la nueva gestión 

La institución secundaria comparte instalaciones con el nivel primario. Es la única en Olavarría que tiene orientación en música. La falta de espacio dificulta el funcionamiento y la convivencia. El reclamo ya fue presentado ante las autoridades sin obtener respuestas. Por eso, depositan las esperanzas en el intendente electo, Maximiliano Wesner. 

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Malena Bigot - Celeste Carriego – Rebeca Rodríguez (*)

Al llegar a la puerta del edificio ubicado en Betty Roca de Shwindt y Bolívar se puede ver un cartel que dice “timbre Secundaria no anda, golpear la ventana a la vuelta”. Cuando se abre el portón de chapa, deja ver el patio de laja lleno de dibujos en el piso y con murales en las paredes. Al final, el edificio de dos pisos con ventanas que dan a ese patio. No abundan los metros cuadrados y los pasillos que conducen hacia la escalera que da a las aulas del segundo piso resultan muy estrechos.
Bicicletas, bancos apilados y cajas amontonadas son algunas de las cosas que se encuentran al paso, antes de subir. Las aulas funcionan dentro de una sala amplia dividida por “paredes” de madera pintadas con murales para generar el lugar que no hay.
Este es el espacio con el que cuenta la Escuela Secundaria 13 para transitar su día a día, en el corazón del barrio Villa Aurora.
Las clases de matemática o literatura, educación física, las horas de música y los ensayos conviven obligatoriamente en un mismo espacio que, además, es compartido con estudiantes y docentes de la Escuela Primaria 65. Eso implica que haya adolescentes en el mismo patio a la misma hora con niñas y niños de 6 años.
A la secundaria de música asisten 172 alumnos/as, de los cuales 65 van en el turno mañana y el resto a la tarde. Estos estudiantes están divididos en ocho cursos diferentes pero que por la falta de espacio deben funcionar en cuatro aulas divididas por mitades.

El piano que no fue

Es una escuela única en Olavarría por su orientación en arte y música pero los instrumentos con los que cuenta no pueden utilizarse de manera apropiada: “Tenemos todos los recursos para armar una Sala de Grabación pero no hay espacio. Están los recursos para tocar pero no tenemos una Sala de Ensayo o una sala donde esté eso armado todo el tiempo”, lamenta el profesor de música, Mariano Lorenzo.
No tienen margen para crecer, incluso una vez se le presentó la oportunidad de recibir un piano donado pero debieron rechazarlo por la falta de un aula donde colocarlo. Una situación compleja que hace cada vez más difícil el mantenimiento de los instrumentos con los que cuentan debido a que no tienen un sitio fijo para guardarlos.

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Las aulas no alcanzan y se dividen con paredes de madera para sostener una matrícula de 172 estudiantes. (Foto: Nahuel Rosende)


La falta de espacio también complica el día a día para toda la comunidad educativa. Hay un único baño ubicado en la planta alta por lo que se imposibilita su uso para estudiantes que sufren algún tipo de discapacidad quienes deben atravesar la puerta que conecta la primaria y la secundaria para poder utilizar el baño adecuado a esas necesidades.
“En este edificio que compartimos con la Primaria 65 no tenemos salida de emergencia, por ejemplo. Las aulas están en ocasiones sin picaporte y los baños tienen pérdidas”, explica con preocupación la directora de la institución, María Rosa González. Su oficina se reduce a pequeño espacio con un escritorio en el centro, una computadora y estanterías repletas de carpetas, cajas y hojas sueltas. En simultáneo, el sonido de los instrumentos que tocan los/as estudiantes e inunda la habitación y permanece como música de fondo.
Es por esto que desde 2015, los directivos de la institución iniciaron el reclamo por la construcción de un edificio propio para poder desempeñar mejor las actividades educativas y así consolidar la identidad de la escuela. Inicialmente hubo planteos informales ante el diputado César Valicenti.
Posteriormente, la iniciativa cobró forma de proyecto y fue presentado tanto ante la gestión municipal como al Consejo Escolar y luego al Director General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires, Alberto Sileoni, en abril de 2023, en el marco de la inauguración de la sede del Instituto de Artes Visuales. También se lo hicieron llegar al espacio de Maximiliano Wesner, antes de su candidatura.
Finalmente, la propuesta fue redefinida y ampliada, contemplando el pedido edilicio y de equipamiento, y se envió “al director de Nivel Secundario de Provincia, Gustavo Galli y también se lo enviamos a Inspección de Nivel Secundario, a nuestros inspectores”. De igual modo, iniciaron gestiones con referentes del Intendente electo, quienes se comprometieron a ocuparse y organizar, incluso, una visita a la institución del futuro jefe comunal.

El efecto Sikuris

La Escuela 13 surgió en 2011 y ya desde sus inicios mostró una fuerte tendencia hacia la música. Si bien el hecho de establecer como permanente esa orientación y que funcionara fue un poco costoso, la modalidad cobró más fuerza y relevancia luego de la creación del proyecto de Los Sikuris, impulsado por maestros y alumnos del nivel primario y que posteriormente amplió al secundario. Fue a partir de ese momento que institución comenzó a tener mayor visibilidad en el ámbito educativo olavarriense.

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Hoy esta escuela es la única con orientación en música del distrito. Anteriormente hubo otras dos en Olavarría, una en el Barrio Jardín y otra en Sierras Bayas pero debieron cerrar sus puertas por la falta de recursos y por no disponer de un espacio propio. Igual que la escuela de Villa Aurora. Por eso los docentes recuerdan ambos casos con angustia y temor ya que, a pesar de que la matrícula va en aumento, nadie les asegura que si el problema del edificio no se soluciona lo antes posible puedan llegar a “correr el riesgo de que se cierren cursos por no tener lugar”.
Es que la iniciativa de Los Sikuris no solo sirvió de impulso para exponer la dedicación y el talento de los/as alumnos/as si no que gracias a eso lograron realizar múltiples presentaciones en el Teatro Municipal y viajes, incluso a otras provincias, siendo galardonados con diferentes premios.
La impronta se mantiene y mucho potencal pero que se ve limitado. Vale como ejemplor decir que si los docentes y estudiantes tuvieran un contador de pasos serían muchísimos a la hora de subir y bajar la escalera para trasladar los instrumentos y elementos necesarios para realizar las clases que son una incubadora de proyectos realizables porque, como dice el profesor de música, “recursos materiales y humanos sobran”.

Lo que proyectan

La escuela tiene una fuerte presencia en el barrio y la numerosa matrícula lo confirma, incluso cuenta con una sala maternal que se creó a partir de la necesidad que tenían de dar respuesta al embarazo adolescente y hacer que las alumnas siguieran estudiando luego de ser mamás, y tuvieran un lugar seguro donde dejar a sus hijos/as.

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En este patio los alumnos de la escuela secundaria comparten el recreo con los niños que asisten a la primaria 65. (Imagen: Nahuel Rosende)

 Ahí es cuando reaparece la problemática edilicia que afecta a estudiantes y docentes de ambos niveles educativos, condicionando el proceso de aprendizaje. Eso derivó en diversos reclamos sin que prosperaran las respuestas.
Sin embargo, el resultado de las últimas elecciones a nivel local hizo resurgir las expectativas de la comunidad educativa. Debido a la elección del nuevo intendente Maximiliano Wesner, que comparte el mismo espacio político con el gobernador de la provincia, Axel Kicillof, los directivos tienen la esperanza de que la gestión por los terrenos y la construcción avance y salga de su estancamiento. Con ese objetivo, insistirán con el proyecto, aspirando que se logre hacer realidad lo que ya se plasmó sobre el papel.
Lo cierto es que a pesar de la vulnerabilidad edilicia y de las problemáticas sociales que registran a diario, la Escuela Secundaria N°13 es única en la ciudad. Año tras año se destaca mediante las producciones y presentaciones que realizan, demostrando talento, esfuerzo y dedicación tanto de sus profesores como de los/as estudiantes que se esmeran para hacerla crecer cada vez más. Mientras sigue latente el sueño la Sala de Música y de un lugar donde guardar los instrumentos para que tengan que mudarlos cada vez que los usan. Asimismo, anhelan la radio, un proyecto que quedó varado también por falta de lugar y esperan poder generar contenidos audiovisuales con las cámaras que ganaron en un Concurso de Cortos. Por todo eso, La Escuela 13 renueva el sueño del edificio propio a partir de la nueva gestión.

(*) Trabajo realizado en el marco de la Cátedra Redacción Periodística 2. Carrera de Periodismo. Facso.