Notas

La venta de ropa usada como negocio rentable y comprometido con el medio ambiente

Entre tendencias y alternativas: el boom de las ferias americanas

No sólo son una opción sostenible frente al gigante de la industria textil, sino que funcionan como una alternativa rentable y sin mucha inversión inicial en un contexto de fuerte crisis económica. Además, representan una de las pocas acciones ecológicas frente a la gran contaminación ambiental que genera la industria de la moda. Tres feriantes olavarrienses cuentan cómo funcionan estos emprendimientos.

feria

Por Camila Marcovecchio (*)

9/8/2022

Las ferias americanas tienen larga existencia en la ciudad. Sin embargo, cobraron mayor importancia durante los últimos años. La popularización de la moda vintage, más la inclinación de muchas personas hacia las opciones sustentables, fueron parte de las razones del veloz crecimiento de las ferias. El negocio indumentario de segunda mano, en contexto de crisis económica, es algo de lo que hablar. Frente a los precios desorbitantes de las tiendas de ropa (con sus costos cada vez más elevados debido, entre otras cuestiones, a los altos alquileres), en una feria un sweater a 400 pesos hace la diferencia.

Negocio rentable y alternativa sustentable son los dos pilares claves de las ferias de ropa de segunda mano. El reciclado de prendas y la moda circular, suponen además una entrada económica para la casa. En la ciudad, existen entre 8 y 10 ferias que cuentan con un espacio físico propio; y horarios de atención, regulares, similares a los de los locales comerciales. Utilizan, mayormente, espacios dentro de sus propias casas: garajes, salas de estar o cualquier otro lugar de su propiedad, economizando el negocio. De esta forma no es necesario pagar un alquiler.

Moda circular y sostenible en la ciudad

En la zona del barrio Pueblo Nuevo, tras un portón de garaje blanco, se encuentra una de las ferias americanas más concurridas de la ciudad. Micaela, su dueña, habla en relación con sus comienzos en la feria: “Empecé hace 6 años, porque tenía muchísima ropa y me daba lastima tirarla, estaba en muy buenas condiciones. Pero, principalmente porque arrancaba a estudiar y busqué la vuelta para tener un ingreso económico. No podía trabajar, porque no me daba el tiempo con los horarios de la cursada”.

feria1

Por su parte, las ferias virtuales manejan la compra y venta de la mercadería casi exclusivamente por redes sociales, principalmente Facebook e Instagram. Con envíos a domicilio o puntos de encuentro a coordinar con el cliente. María comenzó con su negocio en marzo de este año, tras observar que sus ingresos no eran los suficientes para cubrir todos sus gastos. “Comencé por recomendación de una amiga que también hace feria, porque el dinero en la casa ya no alcanzaba. Empecé con ropa que yo ya no utilizaba y lo que iba juntando lo ahorraba, porque después seguí comprando ropa afuera. Funciona como un ingreso extra y realmente me ayuda mucho”, explica. También cuenta que, en su caso, la feria que realiza es por redes, la ropa y calzados que vende las publica en su perfil de Facebook, pero que la gente puede ir a su casa a ver las prendas y probárselas.

En el barrio Belgrano, sobre avenida Urquiza, otra feria de segunda mano ocupa un garaje rosado, de portón blanco. María José, su dueña, comenta que también comenzó con la feria hace alrededor de 6 años y una de sus mayores preocupaciones es el acceso de las personas a cualquier tipo y marca de prenda. “Intento que los precios sean accesibles, para que todos puedan comprar. Por ahí tengo tapados que son Awada, pero no los vendo más caros por su marca. Para mí, cualquier persona tiene el derecho a venir y comprarse un tapado de la marca que desee”, asegura.

La llegada de nuevas prendas, calzado y accesorios varía de acuerdo a cada feria. La mayoría de las feriantes comenzaron vendiendo prendas de su propiedad, que se encontraban en desuso y luego fueron incorporando la compra de bolsones de ropa o selección de prendas, la toma de ropa, calzado o accesorios a consignación y, otras veces, bastante escasas, el recibimiento de donaciones. “Si estamos en invierno, intento tomar solo ropa de invierno, para no acumular. Si hay prendas que hace mucho que están, que no salen, las dono, para que nada quede estancado y que la ropa circule”, afirma María José.

Opciones ecológicas

Más allá de los precios accesibles, la reutilización de las prendas y la rentabilidad que supone el negocio para las feriantes, comprar en una feria americana puede convertirse en un compromiso. No solo con el medio ambiente, sino con las miles de trabajadoras e incluso, niños y niñas víctimas de la explotación y esclavización laboral dentro de la industria textil.
En la actualidad, muy lentamente, están comenzando a surgir algunas empresas textiles de industria nacional, que elaboran productos eco friendly, más amigables con el medio ambiente. Carro, por mencionar una de ellas, es una marca argentina, de hace pocos años, que produce carteras, bolsos, sobres y demás accesorios con materiales recuperados: plásticos y silo bolsas. De todas formas, siguen siendo pocas las opciones ecológicas dentro de la industria. Las ferias americanas, con su propuesta de moda circular, de uso y circulación de cada prenda, para disminuir los descartes textiles, siguen siendo la mejor alternativa frente a esta problemática.

Sin embargo, no hay que dejar de lado que también son la consecuencia de una fuerte desigualdad de oportunidades económicas. Representan una alternativa no sólo ecológica sino también de trabajo. Una opción más accesible, frente a la necesidad de vestimenta que cada día es más difícil de cubrir. Las ofertas de las ferias americanas olavarrienses son extensas: desde ropa para niños y adultos, hasta calzados y accesorios. Por medio de sorteos y promociones a precios muy bajos, las ferias se sostienen, cada día son más visibles y concurridas. Las tres feriantes sostienen que el acceso a la vestimenta de calidad no tiene que ser más un privilegio sino una opción para todo aquel que lo desee.

Detrás de escena: contaminación ambiental y trabajo esclavo

La industria de la moda es actualmente una de las más contaminantes del planeta. El 20% de las aguas residuales globales son responsabilidad de la producción textil, al igual que el 10% de las emisiones globales de dióxido de carbono, de acuerdo a un reporte de la ONU. Las producciones de este sector aumentan cada año, los lanzamientos de las nuevas colecciones de aquellas marcas con más peso. se renuevan con bastante frecuencia, produciendo el descarte de grandes cantidades de prendas, que terminan en basureros o siendo incineradas. Estar a la moda, además, supone la utilización indiscriminada de los recursos naturales empleados.

feria2

La fabricación de prendas a gran escala, implica la utilización de químicos altamente tóxicos, que ponen en riesgo las reservas de agua, al igual que la salud de quienes trabajan en su producción. Aquí yace otra cuestión más que urgente de tratar: la precarización laboral, la explotación infantil, el trabajo esclavo. Los trabajadores de esta industria suelen tener jornadas laborales de hasta 12, 14 o incluso más horas, en pésimas condiciones. Pero esto es algo que difícilmente cualquiera desconozca. Por redes sociales, es frecuente ver videos cortos sobre las condiciones en las que trabajan las personas empleadas por una reconocida marca de ropa. Tampoco es fácil olvidar las acusaciones de explotación infantil de otra gran empresa textil, en la India o, incluso, el famosísimo caso de los talleres textiles clandestinos de una reconocida marca nacional.

La comunicadora social Marcela Laudonio, especialista en investigación de daños sociales y ambientales producto de la industria textil habla, en una de sus investigaciones, sobre el algodón transgénico en el país. El algodón es la fibra natural más importante producida en el mundo. En Argentina es cultivado en las provincias de Córdoba, Santiago del Estero, San Luis, Chaco, Santa Fe, Salta, Formosa y Entre Ríos. Marcela explica que en el año 1998 se aprobó (en el país) el uso de semillas de algodón transgénico, por lo cual, el uso de agroquímicos creció desenfrenadamente.

(*) Trabajo realizado para la cátedra Redacción periodística I de la carrera de Periodismo de la Facso